miércoles, 30 de septiembre de 2009

Lo ignoto

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Recordarán ustedes la famosa sentencia de Thomas de Quincey en la que desaconseja cometer asesinatos:

“Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente. Una vez que empieza uno a deslizarse cuesta abajo, ya no se sabe dónde podrá detenerse”.

Comenzar a cultivar un huerto es algo semejante, pero de consecuencias provechosas y gratificantes que lo encaminan a uno hacia un estado de beatitud terrenal; un auténtico giro copernicano en el disfrute de la vida, pues ésta aparece repleta de goces al alcance de la mano. Les cuento, hasta hace bien poco me era totalmente desconocido el placer de pasear por un gran almacén de ferretería, sin embargo la semana pasada me alegró encontrar unas varillas metálicas y unos plásticos perforados, tanto que ayer mismo volví a por más varillas y de paso me traje unas cuerdecitas de goma muy prácticas para entutorar hortalizas. No crean que el placer está en el consumo, no; el regocijo reside en el descubrimiento, pasear asombrado por pasillos de estantes repletos de plásticos, herramientas, cuerdas, macetas, mangueras, grifos, acoples.

Hoy estuve en un chino y conseguí un paraguas –que todavía funciona aunque no consigo plegar hasta reintroducir nuevamente en su funda- y un chubasquero, todo por menos de cinco euros. Tengo que volver para buscar un chándal y quizá unas botas para regar. O quizá me acerque al Aldi o al Lidl.

¡Ah, y las ensaladas nada que ver con las que compras en el Mercadona!
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domingo, 20 de septiembre de 2009

de la autoridad y el respeto II. Motivaciones.



Le vengo dando algunas vueltas al asunto de por qué algunos [o bastantes] profesores no parecen estar de acuerdo con que se les otorgue el rango de autoridad educativa. Creo que he encontrado una solución sencilla –y elegante-, además de respetuosa con el principio que nos lleva a desear y buscar el propio bien y el de nuestros semejantes. Me parece que estos docentes simplemente piensan estar investidos ya de tal autoridad, y además creen que tal posesión es producto de sus propios méritos. Sería por tanto una medida redundante, y además según el principio de equidad no sería de justicia que a otros le fuese otorgada (regalada) por la legislación sin haber hecho los méritos pertinentes. Incluso no se abstienen de señalar que algunos más bien merecerían ser degradados.

También algunas asociaciones de padres , o miembros de ellas –como un elemento que visto hoy en Antena 3-, insisten en aquello de que los profesores deben ganarse la autoridad –aunque no sé por qué razón no se lo exigen a jueces y guardia civil, tiempo al tiempo-. Comprendo a “esos padres”; es muy duro aceptar que la autoridad que ellos han perdido la vayan a obtener otros con menos padecimiento. Una simpática motivación.

En fin.


miércoles, 16 de septiembre de 2009

de la autoridad y el respeto.



Curioso este gremio de los profesores. Resulta que pretenden darles el rango de autoridad y ellos levantan cejas, aguzan ojos, oídos -y boca- movidos por la desconfianza. Alguno se alarma ante la posibilidad de que tales poderes vayan a caer en manos de vagos y borrachos o cualquier otra especie de maleantes, otros se horrorizan ante la perspectiva de que los centros se conviertan en cuarteles o en campos de exterminio –espiritual se entiende. Pero el tema del que pretendía ocuparme no era tanto de la autoridad como del respeto. Aquí de nuevo el gremio vuelve a ser sorprendente, y la gran mayoría entiende y admite que “...ha de ganarse el respeto”. Es cosa fascinante, pues yo tengo entendido que en el resto de trabajos -y hasta en las actividades de ocio- se suele presuponer el respeto, pues comúnmente se admite que el respeto es la base y el punto de partida de sus relaciones. Los representantes de asociaciones de padres de alumnos también son del mismo parecer: el respeto han de ganárselo en el día a día; los profesores, claro, porque ellos –y por sus niños- es lo primero que piden: respeto, lo mismo en la escuela y en la piscina, que en la consulta del médico. Pero los profesores son de otra pasta, ellos no sólo quieren ganarse el sueldo, sino también el respeto. Estaba por pensar que pertenecían a la raza de los santos, de los Asís y los Jobs, de los humildes, pero sospecho que es más certero –y honesto- preguntarse: ¿qué temen perder éstos si les otorgan autoridad y se les exige el respeto?.

Aunque si lo que pretenden es ser admirados; entonces sí, entonces, amigos, eso hay que currárselo. Yo no pretendo tanto. Lo que entiendo aquí por respeto necesario es la cortesía y el cuidado, no la reverencia ni el miedo. Y ese respeto mínimo pero necesario es el que se pretende asegurar al otorgar autoridad. Sinceramente no sé dónde reside el problema..
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martes, 15 de septiembre de 2009

Refugio

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¡Tan claros venís y tan nuevos!
Parece que todos traéis la alegría sin brumas.

Jose Hierro.


Ya me han asignado las horas de oficio. En el templo recomenzaremos el diálogo -o el monólogo- con el divino Platón, el metódico y enmascarado Descartes, el asombroso Kant, el superhombre angustiado de Sils-Maria. De las trincheras y del fuego cruzado en campo abierto prefiero no hablar y estar alerta.

El verano no estuvo mal. Aunque no cumplí mi propósito de leer “El hombre sin atributos" -apenas leí unas sesenta páginas. Tampoco me queda un céntimo de la devolución de hacienda.

Se nos viene encima el otoño. Tendré que ir haciendo acopio de cecinas leonesas, queso extremeño, guardar algunos higos y unos buenos tintos. Y mimar las verduras, que salpicadas de tierra, con brotes tronchados y hojas perforadas han sobrevivido a la primera tormenta.

Seguimos. Dejaremos, también, a José Hierro por aquí cerca.
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miércoles, 9 de septiembre de 2009

Un modelo equitativo



Que la educación española está a la cola de los países desarrollados es la noticia que recoge toda la prensa española de hoy. Nadie lo ponía en duda. Ahora bien, El País destaca, no obstante, que “El agujero educativo es menos profundo”, y nos recuerda que “ Un modelo equitativo evita la fractura social”, acaba el artículo hablando de Finlandia, donde "los alumnos más espabilados arrastran a los más torpes” , claro que el periodista nos recuerda que para eso hace falta un profesorado especializado capaz de trabajar con grupos pequeños... En estas estaba yo por servirme un copazo de FINLANDIA vodka of Finland, cuando leo: el presidente del gobierno aseguró que este estudio "marca una tendencia positiva" en la educación española. Me he quedao tieso, frotándome los ojos. Yo de verdad es que creo que les importa un pimiento. Entre otras cosas en el informe se hablaba de la falta de titulados en FP Grado Medio. No sé de qué se extrañan, por una parte han hecho un bachillerito con el que para acceder a la Universidad o al Grado Superior basta con poner el culo en el pupitre y esperar. Y por otra parte, alumnos a los que podía interesarles la formación profesional salen escopetados de una ESO donde se han sentido prisioneros de un sistema que solo les ofrecía unos estudios teóricos que no les interesaban o para los que no tenían las aptitudes adecuadas. Pérdida de tiempo, capacidades desaprovechadas, malos hábitos, y desconfianza. Y ellos... que si tendencia positiva... que si sistema equitativo.. que si menos profundo. “Hasta que pete” me dice un compañero.

¿Saben aquel del sueco y el finlandés que se van de copas?. El sueco levanta el vaso y dice: ¡Salud!, el finlandés lacónico y despectivo exclama: ¿Hemos venido a hablar o beber?

No soy yo tan huraño como el finlandés: ¡hasta que pete! ¡salud!

lunes, 7 de septiembre de 2009

Efecto mariposa



Leo que en la Universidad los profesores se autojubilan anticipadamente porque los “chicos” no tienen intereses intelectuales. Leo que los profesores jóvenes caen en la desesperanza o en el cinismo al observar que la calidad científica es impotente ante la astucia administrativa, que la investigación más rentable es sumergirse en el BOE y la posición más gallarda sentarse a la sombra de un carguito.

Leo todo eso. Y a punto estoy de sonrojarles con mis gritos imitando ese spot publicitario de no sé que grupo bancario.

Leo todo eso e intento calcular cuántos profesores de secundaria deben haberse desesperado, deprimido, enloquecido, mutilado -o sin más suprimido- para que un profesor universitario se jubile anticipadamente.

Imaginen, queridos lectores, la belleza sutil -y terrible- del efecto mariposa invertido; un gigantesco terremoto en un continente lejano hace temblar las alas de una mariposa en un jardín barroco o el sillón de un catedrático en la Complutense.


jueves, 3 de septiembre de 2009

Solución final

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Espero que me disculpen si resulto malévolo y oportunista. Pero es que no me inspira mucha confianza el mensaje supuestamente tranquilizador que nos mandan los ministros respecto a la dichosa gripe, ¿o no eran estos los del crisis what crisis?, en fin, comprendan que con estos precedentes... Y, bueno, lo de excluir de la vacunación al gremio de profesores después de las Logsesloes no deja de evocarme (con un poco de humor negro) a la Solución Final.

En fin, diga Hola.

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