Friedrich Nietzsche.
La lectura de este aforismo me ha dejado pensativo, no conseguía imaginar a qué podía estar refiriéndose Nietzsche; ¿sectas que se dirigen a los inteligentes? ¿sectas que presienten su debilidad?. He recurrido a mi amiga por si podía darme alguna luz, “debe referirse a Wagner” me ha dicho –sin tomarse mucho tiempo en la reflexión-. ¡Claro! ¿A qué si no?, Debería estar pensando en los círculos elitistas, Wagner, o los círculos universitarios, literarios, artísticos. Nietzsche se representaba a sí mismo tentado, y como Jesús en el desierto habría sido capaz de resistirse; su soledad era el precio que como espíritu libre habría de pagar, pero también era el signo de su victoria contra el tentador -y prueba de su valía personal. Había vencido, pero quizá momentáneamente pues el peligro permanecía.
Como en días anteriores, había buscado entre los textos de Nietzsche esperando encontrar un remanso a mis tribulaciones. Pero no me ha servido esta vez de mucha ayuda, pues las sectas a que Nietzsche se refiere poco tienen ver con las que a mi me preocupan; estoy convencido de que estas no tienen ninguna conciencia de debilidad. Así, pues, ¿de qué es signo aquí la soledad?.