sábado, 11 de diciembre de 2010

El último monicaco




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De la mar al percepto

del percepto al concepto,
del concepto a la idea
-¡oh, la linda tarea!-
de la idea a la mar
¡Y otra vez a empezar!

Antonio Machado


Abrumado entre los fardos de ejercicios manuscritos, Pisa me confirma lo que adivinábamos. Y en cuanto tenga un ratito lo trataremos con más detenimiento. Pero, ¿acaso alguien cree que por medio de esas lecturas (previamente animadas) para adolescentes que recrean "su propio mundo, sus propias inquietudes y sus propios problemas" puede mejorarse la tan manida comprensión lectora?. La lectura - en el caso de niños, adolescentes y jóvenes- no tiene mejor fin que el de abrir horizontes, ampliar límites, derribar muros... pisar paisajes helados, extraviarse en selvas, tomar té con pastel de zanahoria y jengibre, adivinar bolcheviques con pantalones de franela, avistar tierra , aniquilar tártaros, visitar catacumbas, deletrear "usted" y "con su permiso". La cosa es tan sencilla que abochorna recordarlo; " los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo". La comprensión lectora se anquilosa cuando la lectura es una reiteración del mundo particular y las palabras leídas una versión aseada del propio léxico; eso, con mucho, puede ayudar a la corrección ortográfica y a la mejora de la escritura, pero en absoluto a la adquisición de comprensión lectora. Las domesticación de la lectura no es sino un síntoma de algo más general: la escuela que se quiere es solo un apéndice esterilizado de la casa vigilado por los titos y la chacha. ¿Comprensión lectora? ¡bah!.

Y sin lecturas añadidas, también se mejoraría notablemente la comprensión -incluida la lectora- si se tomase más serio la historia, las ciencias naturales, la geografía, las matemáticas... pero, claro, ni que fuésemos japos!.
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3 comentarios:

Joselu dijo...

Mi hija que cursa segundo de ESO acaba de leer Otra vuelta de tuerca y está leyendo Tirant lo Blanc, además de otros libros. No le gustan demasiado, pero no es imprescindible que lo que uno lea le tenga que gustar especialmente o que deba entretenerte. Se debería leer para ampliar mundo, horizontes mentales y exinciales. Cuando acabamos un libro ¿somos más ricos en alguna manera? ¿Ha enriquecido nuestra visión de la vida? Pero esto no se plantea. Se pregunta insistentemente ¿te ha gustado? Pero no es una cuestión relevante. Puede haber libros que no nos gusten pero que nos abran camino. Creo que se olvida por parte de los especialistas en educación lo que planteas en tu post y con el que estoy de acuerdo. Se apuesta simplemente por lo conocido, por lo transitado que coincide en buena manera con lo trivial y lo vulgar. La lectura debería llevarnos a otras realidades. Es esto lo que está en crisis. Nadie parece querer salir de sus lugares comunes y nadie habla del aprendizaje significativo que estimula la capacidad anquilosada de superarse a sí mismo y abrir caminos nuevos.

Joselu dijo...

"horizontes existenciales" quería decir.

Serenus Zeitbloom dijo...

Cuando acabamos un libro ¿somos más ricos en alguna manera? ¿Ha enriquecido nuestra visión de la vida? Pero esto no se plantea. Se pregunta insistentemente ¿te ha gustado?


Exacto. Eso es el problema.