
Con algo de retraso he acabado Ciudades de la llanura de Cormac McCarthy, y con él he puesto fin a la denominada Trilogía de la frontera, completada por Todos los hermosos caballos y En la frontera. (Seguir el correcto orden en su lectura es imprescindible y es cosa que no queda demasiado explícito en las ediciones DeBolsillo). Los he leído sin lápiz, sin tomar notas, sin subrayados ni anotaciones. Pero dejaré algunas impresiones para animar a su lectura -y para que me cuenten..
La Trilogía es el retrato de un mundo y de unos hombres ya extinguidos o en el borde mismo de la extinción . El espacio físico ha sido tratado con diferentes coordenadas temporales en Meridiano de sangre y en No es país para viejos, este último se puede enlazar con la trilogía –de hecho el Sheriff protagonista es un representante de ese mundo descrito en la trilogía; sus reflexiones, su sorpresa y su decepción, se pueden entender a la luz de este mundo de la trilogía y de los personajes y sucesos que lo pueblan-
De los tres volúmenes “En la frontera”, el más “filosófico” de los tres, es una historia repleta de historias, el más denso y de mucha mayor complejidad de contenido –también el más voluminoso- , Todos los hermosos caballos –primero de la trilogía- es de una lectura mucho más liviana, aúna las aventuras y un completo retrato del mundo y la vida en los ranchos y en México. Mientras que Ciudades de la llanura no puede ser leído sino como culminación de los anteriores, y por sí solo carece de entidad.
La obra de McCarthy es muy compleja, con aportaciones y lecturas muy diversas, pero lo que yo destacaría –lo que a mí más me llega e impresiona- de estos libros es su impacto “cosmológico”, su sensibilidad poética y filosófica. La sensación permanente de extrañeza del mundo y ante el mundo. Esta sensación de extrañeza está siempre presente en sus descripciones de la naturaleza y de los ciclos temporales... “nosotros mismos somos nuestro propio viaje. Y por eso somos también somos el tiempo. Somos como el tiempo. Huidizos. Inescrutables. Despiadados.”
“ Toda muerte suple a otra muerte. Y puesto que la muerte nos llega a todos el único modo de mitigar el miedo que nos causa es amar a aquel que nos suple. No estamos esperando que se escriba su historia. Pasó por aquí hace mucho. El hombre que es todos los hombres... ¿Amas a ese hombre? ¿Querrás escuchar su historia?.”
La Trilogía es el retrato de un mundo y de unos hombres ya extinguidos o en el borde mismo de la extinción . El espacio físico ha sido tratado con diferentes coordenadas temporales en Meridiano de sangre y en No es país para viejos, este último se puede enlazar con la trilogía –de hecho el Sheriff protagonista es un representante de ese mundo descrito en la trilogía; sus reflexiones, su sorpresa y su decepción, se pueden entender a la luz de este mundo de la trilogía y de los personajes y sucesos que lo pueblan-
De los tres volúmenes “En la frontera”, el más “filosófico” de los tres, es una historia repleta de historias, el más denso y de mucha mayor complejidad de contenido –también el más voluminoso- , Todos los hermosos caballos –primero de la trilogía- es de una lectura mucho más liviana, aúna las aventuras y un completo retrato del mundo y la vida en los ranchos y en México. Mientras que Ciudades de la llanura no puede ser leído sino como culminación de los anteriores, y por sí solo carece de entidad.
La obra de McCarthy es muy compleja, con aportaciones y lecturas muy diversas, pero lo que yo destacaría –lo que a mí más me llega e impresiona- de estos libros es su impacto “cosmológico”, su sensibilidad poética y filosófica. La sensación permanente de extrañeza del mundo y ante el mundo. Esta sensación de extrañeza está siempre presente en sus descripciones de la naturaleza y de los ciclos temporales... “nosotros mismos somos nuestro propio viaje. Y por eso somos también somos el tiempo. Somos como el tiempo. Huidizos. Inescrutables. Despiadados.”
“ Toda muerte suple a otra muerte. Y puesto que la muerte nos llega a todos el único modo de mitigar el miedo que nos causa es amar a aquel que nos suple. No estamos esperando que se escriba su historia. Pasó por aquí hace mucho. El hombre que es todos los hombres... ¿Amas a ese hombre? ¿Querrás escuchar su historia?.”
McCarthy