martes, 30 de septiembre de 2008

Diferencias -no abismales.




Aurélies Akzent ist ohne Frage sehr charmant
Auch wenn sie schweigt wird sie als wunderbar erkannt
Sie brauch mit Reizen nicht zu geizen
Denn ihr Haar ist Meer und Weizen
Noch mit Glatze fräß ihr jeder aus der Hand

Doch Aurélie kapiert das nie
Jeden Abend fragt sie sich
Wann nur verliebt sich wer in mich

Aurélie so klappt das nie

Du erwartest viel zu viel
Die Deutschen flirten sehr subtil

Aurélie so klappt das nie
Du erwartest viel zu viel
Die Deutschen flirten sehr subtil

Aurélie die Männer mögen dich hier sehr
Schau auf der Straße schaut dir jeder hinterher
Doch du merkst nichts weil sie nicht pfeiffen
Und pfeiffst du selbst die Flucht ergreifen
Du musst wissen hier ist weniger oft mehr

Ach Aurelie in Deutschland braucht die Liebe Zeit
Hier ist man nach Tagen erst zum ersten Schritt bereit
Die nächsten Wochen wird gesprochen
Sich auf's Gründlichste berochen
Und erst dann trifft man sich irgendwo zu zweit

Aurélie so klappt das nie
Du erwartest viel zu viel
Die Deutschen flirten sehr subtil

Aurelie so einfach ist das eben nicht
Hier haben andre Worte ein ganz anderes Gewicht
All die Jungs zu deinen Füßen wolln sie küssen auch die Süssen
Aber du merkst das nicht
Weil er dabei von Fussball spricht

Ach Aurelie du sagst ich solle dir erklärn
Wie in aller Welt sich die Deutschen dann vermehren
Wenn die Blumen und die Bienen in Berlin nichts tun als grienen
Und sich nen Teufel um die Bestäubungsfrage schern

Aurélie so klappt das nie
Du erwartest viel zu viel
Die Deutschen flirten sehr subtil

Wir Sind Helden - Aurélie

Aquí, Una Chaulafanita especial..., puedes encontrar un simpático comentario en español sobre la canción.

martes, 16 de septiembre de 2008

Los sibilinos y el humo de las sacristías. El nombre y la cosa.



Comienza un nuevo curso. En Levante la polémica que se arrastra desde la pasada primavera a finales del último curso, en latencia durante el verano y que renace virulenta en el ya inminente otoño, atañe al maridaje entre Ciudadanía (EpC) y la lengua inglesa. Me trae al pairo la lengua en que se imparta semejante bodrio. El humo de sacristía ha enmascarado la cuestión esencial; junto a la nueva asignatura aparecen cambios en la denominación de otras materias, Ética pasa a denominarse Educación ético-cívica, Filosofía es ahora Filosofía y ciudadanía (con una hora lectiva menos en algunas comunidades), ¿qué se ha mejorado con semejantes mudanzas en las nombres? o mejor ¿qué ha cambiado con tales trueques?, podríamos pensar que nada, que esos cambios no alteran nada esencial.. (salvo esa horilla que pierden algunos).

Lo cierto es que esos cambios apuntan a algo esencial:

Mi impresión es que esos “algunos” están en peligro de perderlo todo. Me explico; ¿cuál es el denominador común (temático) a esas materias en la nueva regulación?: la ciudadanía. No es la filosofía , y por tanto: ¿por qué debería adscribirse al departamento de filosofía?, ¿no sería más coherente crear el departamento de Ciudadanía?, ¿no se estará creando ya solapadamente?, ¿ con todos esos cambios (pretendidos inocentes) de nomenclatura no se está convirtiendo la presencia de la filosofía en una miserable excrecencia?.

Los artífices de este entuerto –sibilinos ellos- nos desorientan con la espesa niebla que crean a costa del humo de las sacristías. Y nosotros al trapo, oiga.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Tecnología y educación.


He reflexionado sobre el post de ayer y sobre lo que en él intentaba decir – no es más fácil entenderse a sí mismo que a los otros (parafraseando a cierto oscuro conferenciante: no sólo los otros son lo otro, también lo es el sí mismo). La escritura es un ejercicio destinado a la comunicación a distancia con los otros, pero de comprensión de sí mismo; una pugna por darse a los otros y también por alcanzarse a sí mismo-. ¿Qué es lo esencial que quería trasmitir y hacerme claro a mí mismo? ¿una critica a los derroteros pedagógicos de la escuela en España? ¿una crítica a la pobreza de medios materiales de esta misma escuela?, ¿una queja por los insuficientes recursos en “mi escuela”?

En realidad creo que lo único relevante –lo único que considero valioso- está expresado en esa imitación a la manera wittgensteniana: “Cuando todos los problemas tecnológicos estén resueltos, los problemas de la educación no habrán sido ni siquiera rozados”. Esta frase es cierta y a la vez no lo es dependiendo de la educación que queramos y del papel que otorguemos a la tecnología en ella. Tal como yo quiero entenderla, su fundamento es la palabra, el habla –la voz-, la escritura y la lectura, por supuesto han de añadirse los elementos pictórico y musical (pero no pretendo un tratado exhaustivo). Este modelo lo llamo “humanista”, a este modelo me refiero cuando digo que lo tecnológico no resuelve lo educativo. Podemos escribir con una pluma de ave o con un teclado en un Mac de última generación, podemos leer un libro colocado en nuestras rodillas o leerlo en ediciones digitales de las que desconocemos su asiento físico, podemos hablar con la persona que tenemos delante o con un emisor en las antípodas, podemos visitar físicamente un museo, un teatro, un cine o hacerlo desde nuestro portátil, cada uno de estos medios tiene sus ventajas y sus inconvenientes (los libros digitales ocupan menos espacio, pero quizá no sean muy buenos para la vista, el teclado puede ser muy limpio, pero quizá no es bueno descuidar la sintonía de la mano y la mente para realizar trazos... ). En resumen los problemas educativos son los mismos con independencia de la tecnología, y un profesor no es mejor ni peor por ser un experto en el uso de las nuevas tecnologías. Por supuesto que la evolución tecnológica general acarreará cambios en las tecnologías educativas –y todos los iremos adoptando... Eso no puede negarlo nadie en su sano juicio, pero los problemas educativos continuarán ahí (motivación, aprendizaje... ) con independencia de las tecnologías, y el educador continuará luchando contra esos problemas con los nuevos medios de que disponga. No se motiva más ni mejor con un libro que con una pantalla del tamaño de una pared, aunque la novedad puede ser un acicate para la atención, cuando esa novedad se pierde una pantalla tridimensional puede ser un solemne aburrimiento; el problema -los problemas- siguen ahí, y su solución es la tarea del educador, bueno o malo, ya sea manejando tecnología digital o sílex, ya sea el objetivo comentar un texto, comprender las leyes de la termodinámica o cazar bisontes.

El problema educativo no es el texto, ni la física, ni el bisonte. El problema educativo consiste en decidir qué contenidos deben enseñarse y ser capaz de hacerlo, y esa capacidad es la medida de su éxito o de su fracaso.

Esto último abre a otra consideración acerca de la educación y sobre el papel de la tecnología; se trata de una vieja aspiración, tan antigua como la versión humanista, tan antigua pero menos quimérica en el presente.

Esta vieja aspiración la trataba de forma paródica Jonathan Swift en los Viajes de Gulliver, uno de sus inventores (los proyectistas de la Academia de Lagado, curiosamente se habla mucho últimamente de educación en proyectos) había dado con un increíble método pedagógico: aprender comiendo; aquello que debía aprenderse –una fórmula por ejemplo, se escribía con tinta en una oblea, al derretirse la oblea la fórmula por medio de la tinta pasaba directamente al cerebro. El esfuerzo queda limitado a la digestión, y la motivación se resuelve dando a cada cual las obleas con su sabor preferido: “aprenda y domine el chino en un año sin esfuerzo, disfrute además de su exquisita gastronomía, estuches con 100 obleas con sabor a sus manjares favoritos, rollos de primavera, cerdo agridulce, sopa de aleta de tiburón..

¿Una broma? No tanto; Aldous Huxley daba una nueva versión de esta vieja aspiración: aprender durmiendo, la hipnopedia, viejo sueño de todo estudiante en las noches de agobio ante los exámenes: ¡quién pudiese acostarse, ponerse una cinta y amanecer con el temario aprendido!; viejo sueño de todos los tiranos: ciudadanos dormidos y obedientes, nada de disidencias y discrepancias; Un Mundo Feliz gracias al avance de técnicas de manipulación genética, modificación de conducta, propaganda etc. Esta concepción de la educación como mera modificación de conducta y creación de tipos humanos es hoy pensable como posibilidad real con la ayuda del desarrollo científico y tecnológico en los campos de la biología, neurología, genética, comunicaciones, cibernética...etc.

De esta manera la tecnología resuelve los problemas educativos suprimiendo la educación misma y convirtiéndola en otra cosa.

Los problemas educativos no se resuelven, sólo se disuelven. No salimos de Wittgenstein.


jueves, 11 de septiembre de 2008

La tecnología en el aula.



En estos mundos cibernéticos es muy común leer el lamento (tópico) acusador, o acusación en tono doliente, acerca de la tecnofobia de muchos docentes, del pobre conocimiento de las nuevas tecnología y su inapreciable uso en la práctica docente, a esta falta suele ir asociada una práctica que se juzga obsoleta, aburrida y aborrecible, basada en la palabra, la escritura y la lectura (a PÈL). Voces de profesor y alumno, lápiz o similar, más libreta –no necesariamente de anillas- y libros; técnicas centenarias –milenaria con ajustes- que parecen no ser válidas ( viejas, gastadas, fracasadas, oigo la letanía) para los “nuevos retos”, para “los nuevos problemas”. En consecuencia se pide “innovación educativa” con comprensible arrogancia y desprecio frente a la carcundia de “a PÈL”.

Pero, me fui por las ramas, quería hablaros de mí. Soy lector habitual con rachas compulsivas desde los ocho años. He utilizado lápices, bolígrafos, estilográficas y rotuladores de todos los tipos y colores, el uso de teclado lo asocio al uso de ordenadores, nunca escribí con máquina mecanográfica, los pocos intentos rivalizaban en lentitud y erratas; entenderéis, sin más explicación, que recibiera los procesadores de texto como una bendición. Prácticamente desde hace veinte años utilizo ordenadores de forma habitual y desde el año 96-97 ( ay la memoria) utilizo internet, eran los tiempos de infovía y del posterior tarifazo, - tiempos de módems de 56 Kbps y línea telefónica continuamente comunicando- Desde entonces uso ordenador de forma habitual para escribir, comunicarme, para informarme... hasta tengo un blog¡. Pero son raros los días que he utilizado un ordenador dentro del aula, apenas en algunas materias optativas y “marginales”. Esporádicamente he hecho uso de vídeo; supone reservar de antemano -no siempre posible- y debes arrastrar un mueble con televisor por pasillos atestados de seres altamente móviles (que se mueven movidos según un principio interno de movimiento acorde a su propia naturaleza, que diría Aristóteles) con el consiguiente peligro para tan escasos y preciados aparatos; ya dentro del aula, generalmente, suele haber problemas con el euroconector, o cualquier otro enchufe, tras varios intentos (nunca el primer día) se consigue hacerlo marchar -10 minutos de algarabía mediante-, aunque periódicamente se debe reajustar el conector para seguir disfrutando de la película, documental o lo que fuere. Los textos no suelen dar tantos problemas.

Y volviendo a los ordenadores, a la tecnofobia y a la innovación educativa; resulta que en mis cursos suelo tener más de 35 alumnos por aula, y me pregunto ¿serán éstos “los nuevos retos y los nuevos problemas”?


Apéndice para pacientes optimistas.

Quiero acabar de forma positiva esta vez. Creo que la “tecnofobia” no es tal y que se solucionará con un poquito de tiempo y paciencia. En realidad utilizaremos esas técnicas cuando sean tan corrientes y tan poco problemáticas como usar un bolígrafo. ¿Acaso utiliza hoy alguien tintero y plumas de aves? . Mientras tanto algunos pioneros, por tener condiciones favorables o por mayor arrojo, irán marcando el camino. Personalmente los envidio y les agradezco el trabajo, pero pediría que ni su posición, ni su valor, sean un arma contra los que somos menos afortunados o más timoratos. Por supuesto, parafraseando a Wittgenstein, cuando todos los problemas tecnológicos se hayan solucionado, los problemas educativos no se habrán siquiera rozado.


Acerca de un tema similar hay una interesante discusión abierta en Pedagogía y natación.
Y sobre tecnofobia en Profesores tecnófobos.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Fórmula de la felicidad conyugal. (Tras las huellas de Wittgenstein).


Masculino (m ¾ + f ¼) + Femenino ( f ¾ + m ¼ )


Leyendo La Viena de Wittgenstein vuelvo a encontrarme con la figura de Otto Weininger; un extraño individuo del que tuve noticia por primera vez leyendo la monumental biografía sobre Freud de Peter Gay, según éste último la obra de Weininger, Sexo y Carácter, está en el origen de la ruptura entre Freud y su amigo el también médico Wilhelm Fliess –al parecer Freud habría “chivado” indiscretamente ideas de Fliess a su paciente Weininger, -con la sorpresa y disgusto de aquel al ver sus propias ideas publicadas por otro-. Volví a encontrarme con Weininger al leer la esplendida biografía de Ray Monk sobre Wittgenstein, en la que destaca la influencia de Weininger en la sociedad vienesa y en el filósofo. Verdaderamente Viena era un pañuelo.

Otto Weininger mantiene una curiosa teoría acerca de lo masculino y lo femenino que recuerda a la mantenida por Aristófanes en el Banquete de Platón junto a otras influencias, Schopenhauer entre ellas. Weininger fue un autor muy popular en Viena, tanto por estas ideas mantenidas en su libro Sexo y Carácter como por su histriónico suicidio en la antigua casa de Beethoven. Las ideas de Weininger tuvieron mucha influencia en los intelectuales vieneses del momento, y entre ellos en Wittgenstein que solía nombrarlo a sus amigos de Cambridge como uno de sus autores favoritos, cosa que dejaba tan estupefactos a los intelectuales ingleses como su afición a las películas del Oeste, en las que decía aprender más sobre ética que en todos los tratados filosóficos sobre el tema.

Según Weiniger masculino y femenino son dos tipologías psicológicas distintas; tal como las ideas platónicas no se dan de forma pura, todos los seres humanos son andróginos pudiendo participar en mayor o menor medida de estos tipos. Así por ejemplo en los homosexuales masculinos su esencia femenina estaría en torno o superaría el 50 %. La pareja ideal perfecta sería aquella en que ambos miembros complementasen sus esencias masculinas y femeninas para realizarlas plenamente, tal como por ejemplo se da en la ecuación anterior (inicio del post). Los defectos y excesos respecto a la completud significan imperfecciones o defectos a los que se asociarían los distintos conflictos y desórdenes. Weininger identificaba lo masculino con lo racional creativo y lo femenino con lo irracional y caótico. Asociaba, también, esas características a los pueblos, así en el pueblo ario se plasmaría lo masculino, creativo y racional, y en el pueblo judío la naturaleza femenina. El propio Weininger tendría ese doble carácter femenino en tanto que homosexual y judío. Su suicidio era, a los ojos de los antisemitas, un ejemplo de conducta consecuente con las propias convicciones.

Karl Krauss, al que espero tratar otro día, tomará de Weiniger esta dualidad arquetípica masculino y femenino, aunque no coincide en su caracterización esencial. Kraus identifica lo masculino con lo racional instrumental y lo femenino con la fantasía; para Kraus lo racional es simple instrumento, adecua los medios a los fines, pero es incapaz de fijar estos fines –estéticos o éticos-. los cuales deben ser dados por la fantasía, así lo femenino (fantasía) es quien fecunda creativamente a la razón -elemento masculino. Estos mimbres servirán a Kraus para una defensa de homosexuales y prostitutas frente a la hipócrita y puritana moral de la burguesía vienesa, pero también para oponerse a los movimientos feministas que al querer equiparar [uniformar, asimilar] la mujer a los hombres amenazarían matar la fantasía, la fuente de toda creatividad.

En la burguesía vienesa el matrimonio era primordialmente un contrato económico; una forma de conseguir enlaces ventajosos entre familias para perpetuar poder e influencia, lo emotivo, sentimental –y no digamos la sexualidad- estaban prácticamente excluidos y silenciados. Este silencio y esta exclusión estarían a la base del tan extendido mal histérico de las Wienerinnen, fundamental en el nacimiento del psicoanálisis y del que han rendido manifiesta cuenta los informes clínicos de Freud y Breuer. Para Kraus un matrimonio entendido no sólo como un contrato sino también como fuente de satisfacción individual, sentimental y sexual era también un camino de salud y de retorno a las fuentes de la creatividad humana. Nuestro fin más preciado.


(Anotaciones a la lectura de La Viena de Wittgenstein)