sábado, 25 de octubre de 2008

La caridad del estado y la limosna del desarrollo personal.


Nuevo diamante en bruto, o perla cultivada, de los paladines señeros de la pedagogía oficial –presuntamente progresista. Veamos la sospechosa conclusión de un artículo dedicado a desacreditar el llamado movimiento homeschooling, cuyos miembros pretenden educar a sus propios hijos en casa:

“Piénsese en la ofensiva del ultraconservadurismo contra la Educación para la Ciudadanía. Si hoy se objeta la asignatura, ¿por qué no mañana a una escuela impregnada de su espíritu? La escuela es más que un proveedor de desarrollo personal: es un mecanismo de cohesión social.” Mariano Fernández Enguita en El País

Aquí no pretendemos tratar el tema de la educación en casa –tema del que se puede encontrar abundante información -y debates- en la red. Pretendemos comentar el párrafo del sociólogo porque revela prístinamente ciertas inclinaciones sospechosas que nos pasan desapercibidas embotados como estamos de tanta verborrea oficial.

1. La ofensiva del ultraconservadurismo contra la Educación para la Ciudadanía.

No dice que sea exclusiva del ultraconservadurismo. Pero prácticamente en todas las referencias de El País y medios afines se quiere identificar oposición (o simple cautela) a EpC con ultraconservadurismo. De hecho se hacen poco eco de las críticas que esta disciplina tiene entre muchos profesores de filosofía (que no son, creo yo, la mejor representación del ultraconservadurismo ibérico) porque se pretende diluir la filosofía ( disciplina más cercana al librepensamiento que a las sotanas) en el "Área de ciudadanía". De este “Área” hablamos en los puntos siguientes.

2. Si hoy se objeta la asignatura, ¿por qué no mañana a una escuela impregnada de su espíritu?

Vaya que el problema es ese: los homeschooler se apartan de una escuela imbuida del espíritu de la Ciudadanía y de sus profesores que serán, sin duda, los sacerdotes que han de inculcar ese “espíritu”. [Acabará por parecernos cierto lo que creíamos un infundio] Ya vamos viendo claro, se presiente la revelación final:

3. La escuela es más que un proveedor de desarrollo personal: es un mecanismo de cohesión social. [ Repare el lector hasta donde puede llevar el argumento “trituradora” de la cohesión social]

En fin, esta es la verdad bien redonda y el fin de toda la ideología oficial pedagógica y su producto estrella la EpC, epifanía del espíritu. De lo que se trata fundamentalmente es de conseguir cohesión social, el desarrollo personal es mera calderilla, cuando no un obstáculo en el camino hacia el Ciudadano [querido, soñado... cohesionado... domado]... y el espíritu de rebaño. ¡Mon dieu! ¡por las barbas de los peces!

A esta gente se les viene viendo, desde algún tiempo, el plumero completo.

jueves, 23 de octubre de 2008

gota fría


mientras que afuera llueve.
[........] llueve
con verdadera crueldad, con humo y nubes bajas,
ennegreciendo muros,
goteando fábricas, filtrándose
en los talleres mal iluminados.
Y el agua arrastra hacia la mar semillas
incipientes, mezcladas en el barro,
árboles, zapatos cojos, utensilios
abandonados y revuelto todo
con las primeras Letras protestadas.

Noche triste de octubre. 1959. Jaime Gil de Biedma

Los versos finales de uno mis poemas preferidos. Llevaba semanas en las que este poema rondaba en mi cabeza. De vez en cuando sacaba Las personas del verbo del estante para releerlo; varias veces hasta que acabé por dejarlo sobre la mesa. A mediodía de hoy empezó a llover con virulencia, la temperatura refrescó; tecleé en Google y de nuevo me encontré con el poema y decidí pasarlo a la pantalla. El poema completo sirve ahora como testimonio del carácter recurrente de las crisis, pero lo que en él me fascina es la presencia del agua, como lluvia, como goteras, como corriente, como océano. El agua que fluye, que aísla, que filtra, que arrastra, que acoge todas las cosas humanas “hasta enterrarnos en el mar” . La nulidad e impotencia del gobierno, el cansancio y la angustia del hombre común, la penalidad, el desaliento... todo es arrastrado hacia el mar.

que es el morir.

Cualquier día comenzaré –sin advertirlo- a escribir como esos adictos –me cuentan- que pasan el día frente a la pantalla y anotan: “vengo del supermercado y me han devuelto mal el cambio” y son contestados con otros tantos mensajes similares de experiencias con el cambio equivocado. Y anotaré “la sopa estaba sosa”, “se ha fundido una bombilla” “el cartero no ha venido”, “he perdido las llaves”, “la camisa rayada está tendida”, “ ha refrescado esta noche”, “llueve”.

Afuera llueve.

Definitivamente
parece confirmarse que este invierno
que viene, será duro.

lunes, 20 de octubre de 2008

Ciudades libres


En Los años salvajes de la filosofía relata Safranski como los laboriosos comerciantes de las ciudades libres hanseáticas eran ocupados regular y cíclicamente por los ejércitos de sus poderosos imperios vecinos. En aquellas ocasiones los ciudadanos sacaban las banderas y vitoreaban a los ejércitos entrantes, tras los desfiles guardaban la bandera –pongamos que la francesa- y volvían a sus ocupaciones de siempre. Al poco tiempo era el ejército prusiano quien era aclamado como liberador y ondeadas sus banderas por los tenaces ciudadanos, tras los vítores de rigor se guardaba de nuevo la bandera y vuelta a sus ocupaciones mercantiles, que no mucho tiempo después serían interrumpidas por el ahora liberador ejercito francés, aclamado, vitoreado, ondeada su bandera y guardada la prusiana. Entre puntuales y cíclicos desfiles, vítores y ondear de banderas francesas, prusianas, rusas, polacas , los ciudadanos de Bremen, Hamburgo, Lübeck, Dänzig, Königsberg... continuaban su infatigable actividad de comercio y algunos amasaban ingentes fortunas.

Creo que existe un paralelismo entre los industriosos hanseáticos y la oscura, menos rentable sin duda, pero igualmente esforzada y diligente labor de los auténticos maestros y profesores; cíclicamente se suceden las leyes, circulares, decretos, gobiernos, cambios curriculares... entre toda esa representación ellos continúan realizando su cometido de siempre, y no puede ser otro; trasmitir la propia experiencia (generalmente en ámbitos acotados del saber) a las generaciones más jóvenes. Y, de tanto en tanto, hay que desempolvar esta bandera y enterrar aquella otra en el fondo del baúl. Pero apenas interrumpida por los intermitentes instantes ruidosos y coloridos del desfile la auténtica tarea continúa callada, veraz, esforzada, generosa.

Quizá nuestro malestar proviene de confundir la verdad con el momento de las banderas.


domingo, 19 de octubre de 2008

Tarde de domingo con poema.


Todo:

palabra impertinente y henchida de orgullo.
Habría que escribirla entre comillas.
Aparenta que nada se le escapa,
que reúne, abraza, recoge y tiene.
Y en lugar de eso,
no es más que un jirón de caos.

Todo. Wislawa Szymborska.


Otro domingo con ánimo metafísico –alguien dijo que el fútbol se inventó para hacer soportable el tedio de las tardes de domingo ¿o fue el amor?. Los antiguos griegos atribuían el genio filosófico al carácter melancólico; el preguntar supone el asombro, pero también la insatisfacción no-satisfecha de sí -y es necesaria en este caso la redundancia, pues esto distingue al filósofo del místico y del honrado comerciante; su propensión a hablar más de la cuenta, precisamente donde los otros han aprendido el callar. Tenía razón Kierkegaard cuando imaginaba al hombre superior del estado religioso bajo la apariencia del “salchichonero del piso de arriba”. Los filósofos , expertos en el disfraz –sobre todo los moralistas, o ciudadanistas que se les llamará a partir de ahora- no pueden, sin embargo, pasar ocultos; expertos como son en dar la nota discordante y en acuchillarse a sí mismos.

No puedo dejar de sonreir al recordar y reconocerme en las palabras de la poetisa polaca:

Pareces un espíritu
que intenta invocar a los vivos.


Otra tarde similar en Sala de espera.

viernes, 17 de octubre de 2008

Habrá que prohibir de una puta vez la Celestina.

En la Comunidad Valenciana arrecia la polémica acerca de la ciudadanía y el inglés, pero no vamos a hablar de eso sino de unas declaraciones aisladas de Vicente Verdú sobre la educación. En una entrevista, en la que se requería su opinión sobre la anterior polémica, Vicente Verdú se queja de una enseñanza que a su juicio no conecta con la realidad actual y concreta que viven los alumnos, y esa separación escuela-sociedad se traduce también en un alejamiento alumno-profesor, que a su vez conlleva una incomprensión y hasta un desdén mutuo. Bueno, la tesis hasta ahora expuesta es bien conocida, y para todos aquellos que estén relacionados con el mundo educativo no es algo novedoso, al contrario es un lugar común. Aquellos que no estén relacionados de manera directa con el mundo educativo – y sean de natural moderado y sensato- no dudo en que estarán de acuerdo con él; recordaran las lecturas escolares, incluso aquellos más jóvenes que cursaron la EGB, recordarán sus inicios con El Quijote, con Los Pazos de Ulloa –recuerdo que mi abuelo me la dio a leer a mis tiernos 12 años, no sé como pude mantener la pasión por la lectura después de aquello, y el 93 de Victor Hugo, y hasta a Papini- pero dejemos la autobiografía personal y volvamos a la experiencia colectiva de aquellas tardes (“melancolía tras los cristales”) en que los escolares leían El Quijote, La Celestina no, que era muy verde, y no recomendada por la moral de entonces, pero sí fragmentos del Buscón y del Lazarillo y poemas de Antonio Machado y de Garcilaso, y de Bécquer –cómo detestaba yo entonces a Bécquer.. y a Garcilaso ni te digo- y leíamos también a Jorge Manrique y a Miguel Hernández. Todo eso se leía en aquellos últimos cursos de EGB, y muchos, qué remedio, no tomaron mucho amor a lectura... otros lo hicimos quizá porque en la biblioteca del pueblo nos podíamos resarcir de la escuela leyendo el Libro de la Mujer, o las historias de Guillermo “el travieso”. Algún recuerdo parecido le habrá venido a ese lector de Verdú al leer el juicio de éste:

“Pasan los años, las cosas cambian, la enseñanza no cambia, se sigue recomendando "La Celestina" o "El Lazarillo de Tormes" para iniciarles en la lectura y, claro, los chavales primero no tienen mucho interés por leerlos porque tienen conocimientos medios; y segundo, esos textos pertenecen a la prehistoria.” Vicente Verdú.

Y habrá asentido el sensato lector, y se habrá dicho para sus adentros “es que claro, así no hay manera”. Y yo llevaba camino de asentir... así que le pregunté a un compañero qué leían sus alumnos de 1º a 4º de ESO, y vaya resulta que no, que nada, que La Celestina sigue sin leerse, y, en fin, me dio los títulos que se daban para iniciar a los alumnos en la lectura –que no voy repetir aquí- y no eran clásicos, eso solo lo recomienda algún rarito. Para la lectura infantil y juvenil hay toda una industria editorial preparada, cuyos títulos se apilan a centenares en cualquier estantería del Corte Inglés... la Celestina o El Lazarillo o El Quijote los leen sólo algunos alumnos de bachiller. Y la literatura del XX, que alguno recordará del COU, es , a lo sumo, una asignatura marginal que cursan algunos alumnos en contados institutos.

Pero nos dice el señor Verdú: “Pasan los años, las cosas cambian, la enseñanza no cambia, se sigue recomendando "La Celestina" o "El Lazarillo de Tormes" para iniciarles en la lectura.. Y las personas sensatas asienten “ claro, es que así no hay manera”.

Pues habrá que prohibir de una puta vez La Celestina.


martes, 14 de octubre de 2008

ESCRIBIENDO EL CURRÍCULUM . Wislawa Szymborska.


¿Qué hay que hacer?
Presentar una instancia
y adjuntar el curriculum.

Sea cual fuere el tiempo de una vida
el curriculum debe ser breve.

Se ruega ser conciso y seleccionar los datos,
convertir paisajes en direcciones
y recuerdos confusos en fechas concretas.

De todos los amores basta con el conyugal,
los hijos: sólo los nacidos.

Importa quién te conoce, no a quiénes conozcas.
Viajes, sólo al extranjero.
Militancia en qué, pero no por qué.
Condecoraciones sin mencionar a qué méritos.

Escribe como si jamás hubieras dialogado contigo mismo
y hubieras impuesto entre tú y tú la debida distancia.

Deja en blanco perros, gatos y pájaros,
bagatelas cargadas de recuerdos, amigos y sueños.

Importa el precio, no el valor.
Interesa el título, no el contenido.
El número del calzado, no hacia dónde va
quien se supone que eres.
Adjuntar una fotografía con la oreja visible:
lo que cuenta es su forma, no lo que oye.
¿Qué oye?
El fragor de las trituradoras de papel.

Wislawa Szymborska.


En cuanto acabe las programaciones prometo volver a leer y escribir.
Peste de competencias y ¡subcompetencias!

martes, 7 de octubre de 2008

Escuela de expertos


Le daremos cariño con un poco de disciplina.

Experto.

Las discusiones acerca de los métodos y técnicas pedagógicas, así como el papel de los pedagogos en la educación, son un evento recurrente. Pocas veces –ninguna- llevan más allá de las propias convicciones iniciales, de tal forma que resultan más bien un ejercicio para pavonearse de la propia fuerza, para reafirmarse -con el calor, el apoyo de adhesiones que ya lo eran- en las propias posiciones. Más cercanas a la petulancia erística de los sofistas que al irónico diálogo socrático que supera la propia opinión a través de su negación.

Buceando en Youtube he encontrado –con la ayuda de Campanilla- este delicioso capítulo del año 66 del inefable Lindo Pulgoso.



A modo de conclusión: a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga; ya sea pedagogo –educador-, alumno rebelde -¿cabroncete o debería decir disruptivo? palabra que, por cierto, no contempla la RAE- o abuelita protectora.

domingo, 5 de octubre de 2008

Hamburgo.


Ciudad
ya tan lejana!

Lejana junto al mar: tardes de puerto
y desamparo errante de los muelles.
Se obstinarán crecientes las mareas
por las horas de allá.

Y serán un rumor,
un pálpito que puja endormeciéndose:
cuando asoman las luces de la noche
sobre el mar.

Más, cada vez más honda
conmigo vas, ciudad,
como un amor hundido,
irreparable.

A veces ola y otra vez silencio.

Jaime Gil de Biedma.

sábado, 4 de octubre de 2008

Derechos humanos y EpC.


Manuel Rivas nos regala en El País de hoy con semejante perla:

“Mientras tanto, la Iglesia y su partido afín hacen todo lo posible para boicotear la enseñanza de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que es el núcleo central de Educación para la Ciudadanía”

De la que se desprenden variopintas consecuencias; aparte de afirmar que la iglesia y “su partido” están contra los derechos humanos – o al menos contra su enseñanza- , no hay que ser muy avispado para reparar en que, según el juicio del señor Rivas, cualquiera que se oponga a la EpC es un enemigo de los derechos humanos (o de su enseñanza, lo que vendría a ser lo mismo). No creo que el señor Rivas desconozca que la Declaración Universal de los Derechos Humanos es un tema presente, desde hace ya bastante años, en las materias de filosofía, ética, historia, ciencias sociales, no creo que el señor Rivas crea sinceramente que la enseñanza de los derechos humanos dependa de la existencia de la polémica materia (EpC). Como es manifiestamente imposible que el señor Rivas esté tan mal informado, me parece que la aseveración con la que nos regala solo puede entenderse como un modesto ejemplo de como los conflictos -y la cerrazón- partidistas -o el recelo ante los propios demonios- cursan con intoxicación, empecinamiento y ofuscación.

O quizá, quien sabe, el señor Rivas se siente ungido ( y no en soledad ciertamente ) en la defensa de los derechos de la humanidad.

¡Qué viva Epiménides! ¡y Tartufo! ¡ y Amadís!