sábado, 30 de mayo de 2009

...sus flechas taparán el sol.



bajo los que combaten se abre el suelo, y nave y navegantes se hunden en el seno de las aguas”

“Y el Persa, cargado de botín, sigue su marcha,

ebrio por la blasfemia, para continuar con el saqueo”

Hölderlin


El astuto lector ya sabrá por la cita del encabezado que hoy volveremos a hablar de educación –y del gobierno. Con esas referencias a Hölderlin acababa un comentario mío a propósito de un post acerca de un escrito de la popular pedagoga sueca Inger Enkvist sobre la influencia de la nueva pedagogía en el sistema educativo sueco.

Imagino un corifeo dirigiendo el ensalmo: muera la gramática! [condición de la muerte de Dios] y los quebrados y los números complejos y las mitocondrias y las espiroquetas y Newton y Kant y Platón y ¡prohíban de una puta vez La Celestina!

El ensalmo repiquetea obstinado como aquellas gotas de agua, que en el imaginario infantil sobre la tortura china acababan por inundar el cerebro. ¿Quién es El Persa? preguntaba, escéptico, nuestro amigo el padre de la tortuga bicéfala... y yo pienso, “haberlo haylo”. ¿Quién es este Persa que se complace en devastar la escuela? cuyas tropas [está abierto el plazo de reclutamiento, y en los periódicos de tirada nacional puede encontrarse la llamada a filas, empeñados como están en que sus flechas tapen el sol ] proclaman, OTRA ESCUELA ES POSIBLE, sin los quebrados sin los números complejos sin mitocondrias sin las espiroquetas sin Newton sin Kant sin Platón con ¡prohíban de una puta vez La Celestina! sin gramática pero con educación para la ciudadanía con fundamentos de la vida democrática con psicopedagogía con muchas TICS. Con este nuevo grito de guerra y santo y seña: ¡a formar, ciudadanos!.

Olvidado el hombre y la memoria.


domingo, 10 de mayo de 2009

Frivolidades, pecados, y lecturas


Escribe hoy Javier Marías acerca de esos gustos y costumbres que todos poseemos y que resultan discordantes con la imagen que de nosotros mismos hemos voluntariamente construido o que inconscientemente proyectamos. No se trata de lo inconfesable sino de aquellos pequeños “pecados” que nos permitimos y que aún sentimos cierto gusto en hacerlos públicos y contemplar el desconcierto –pequeño escándalo- que suscitan. Son esas costumbres o gustos que chocan contra la opinión común, contra lo que se considera naturalmente aceptable, -lo que hoy llamamos políticamente correcto- o aquello que vulgarmente expresamos como “no te pega”. Así, me parece, que no “le pega” a este particular Serenus Zeitbloom leer el Marca, esperar impaciente el comienzo de la carrera de Formula 1, o acostarse disgustado por la injusta derrota del Chelsea en el último minuto y la media docena de penaltis escamoteados. No le pega, pero quién sabe si algo de todo esto no es real.

Javier Marías en su particular “Día de confesiones” nos pone al corriente de sus personales “horrores” confesables, en el mundo del cine, la música, la radio, la televisión. Pero acaba señalando que no se permite estas ligerezas en el objeto propio de su mundo profesional: la novela; y nos confiesa que no se imagina leyendo los últimos best-seller -acaba planteando si no debería quizá comenzar a hacerlo; creo , sin embargo que no propone esta posibilidad de manera realmente abierta, sino que la niega de antemano-. He creído, en principio, que la razón de tal acotación al “pecado” reside en el carácter profesional de su relación con la novela; vamos, “que con las cosas de comer no se juega”; me ha parecido lógico que un escritor pretenda realizar un determinado tipo de obra y que se cuide de aquellas elementos que podrían contaminarla. Podría ser una razón, pero ocurre que personalmente no tengo ninguna relación profesional con la novela y, sin embargo, coincido en esto plenamente con el autor de “Tu rostro mañana”; soy incapaz de leer los best-seller multimillonarios que se apilan en las librerías y generalmente elijo mis lecturas entre autores consagrados y de calidad reconocida entre “los doctos”. Algo de lo que puedo prescindir cuando se trata de cine, televisión, prensa... Creo que la razón de esta diferencia se llama tiempo y esfuerzo: ver una película, un programa de televisión, hojear una revista o un periódico, apenas nos exigen esfuerzo y un tiempo muy breve; podemos pues dilapidarlo sin mucho pesar. Pero leer una novela exige como mínimo unos días y una atención sostenida; procuro, pues, que ese esfuerzo y ese tiempo no sean esfuerzo baldío y tiempo perdido. Por otra parte, y quizá no sea la menos importante de las razones, cuando se ha probado el buen vino es difícil volver al peleón y al tetrabrik.

Me gustaría sugerir al lector un tema de reflexión que me ha surgido al hilo de la escritura de este post: ¿cómo se conecta todo esto [tiempo y esfuerzo] con la escritura y la lectura de blogs? Quizá algún día me atreva a abordarlo yo mismo.


lunes, 4 de mayo de 2009

Darwin y nosotros


Vendré a ti: bendice ahora a tu nieto una vez más,
que, así, el hombre mantenga lo que de niño prometió.

F. Hölderlin

La SFPA nos invita a iniciar una reflexión con motivo de la conmemoración del segundo centenario del nacimiento de Darwin. Este blog quiere colaborar modestamente con esta interesante iniciativa de esta sociedad de filosofía [le recuerdo a alguien –él sabe a quién me refiero- que tiene un meme pendiente]

Uno no nació leyendo a Heidegger y Hölderlin. Un servidor confiesa ser darwinista desde que tiene uso de razón; anteriormente había ejercido de cabal ornitocida, y el tránsito de la sentimental barbarie a la civilización lo hice en la compañía de Jack London, experimentando en los paisajes helados de Alaska y el Ártico la violenta pugna entre lo salvaje y la civilización, la crueldad y la compasión, la moral y el instinto. Con estos antecedentes comprenderá el lector que nunca me resultaron ajenos los conceptos básicos del darwinismo; la selección natural, la lucha por la supervivencia, la supervivencia de los más aptos –a pesar de los esfuerzos de las catequesis dominicales de aquellos años-.Con estos precedentes tampoco es de extrañar mi predisposición empática hacia Nietzsche y Konrad Lorenz. Del segundo apenas guardo algunos recuerdos anecdóticos, dispersos, gratos y lejanos, acerca de la crueldad de las tórtolas, de sus hijos enjaulados –los de Lorenz-, de sus perros mestizos de lobo siberiano y chow-chow (sus perros favoritos), aprendí con Lorenz de lo falaz y absurdo de la opinión de aquellos que dicen preferir como animal de compañía los gatos a los perros, salvo que también prefieran los peces, y aún las piedras a las flores. Ya pueden comprobar que no son de gran profundidad teórica mis noticias acerca de Lorenz; pero estos detalles son quizá los más relevantes para nuestra propia evolución personal, tan azarosa y ausente de finalidad predeterminada como la propia evolución natural. A Nietzsche, el filósofo que enraíza la crítica kantiana y el sujeto trascendental en la naturaleza y la vida, le resulta grata la idea de una naturaleza que cambia a través del azar, de la lucha, del conflicto, pero le aparta del darvinismo la noción de adaptación; la adaptación al medio es para Nietzsche un síntoma de la vida debilitada, enferma; la vida en su plenitud es, en cambio, dominio de lo otro y también desbordamiento y aniquilación –incluso de sí-, no es conservación sino derroche y devastación. A Nietzsche, romántico a su pesar, la adaptación al medio debió sonarle a concepto propio de cajas de ahorros y pequeños comerciantes, grato a los “últimos hombres” pero no al más genuino y lejano: Der Übermensch..

Hace unos años cayó en mis manos Reconstruyendo a Darwin de Javier Sampedro -que ahora releo- y que me permitió conocer a Lynn Margulis cuya Teoría de la endosimbiosis seriada consiguió emocionarme con su explicación del accidentado nacimiento de la célula eucariota; las omnipresentes bacterias tenían un destino más alto, pero sería producto del azar –accidental en el más vulgar sentido del término. Una bacteria del grupo espiroqueta –con forma de sacacorchos- colisionó con una bacteria Thermoplasma (de la familia de las arqueas) a la cual penetró fusionándose y uniendo su información genética, un segundo accidente con otra bacteria (precursor de las mitocondrias) acabó por dar lugar a la primera célula de la que proceden todos los animales y hongos. Sería necesaria una nueva colisión con una cianobacteria (bacteria fotosintética) para que se formase el precursor de todas las plantas. Una historia de accidentes, de choques y perforaciones, de embuches y atracones. Hoy, como entonces, mi deficiente formación científica -mi escasa familiaridad con la genética moderna- me impide seguir con provecho algunos capítulos del libro de Sampedro dedicados a la evolución modular [especialmente los dedicados a los genes Hox y a Urbilateria]. Son bastante claras, sin embargo, sus explicaciones respecto a la Teoría del equilibrio puntuado de Stephen Jay Gould, y respecto a la aparentemente friki (quizá sólo aparentemente) Teoría de la Panespermia dirigida defendida por Francis Crick y Leslie Orgel. Esperemos que las próximas actividades de la SFPA sirvan a conocer mejor las nuevas aportaciones y el estado actual de las discusiones en teoría de la evolución.

He disfrutado mucho leyendo a Hölderlin; pero sigo sin leer a Heidegger. Paradójico, pues conocí al primero por el segundo. Lo que parece corroborar la complejidad y lo enrevesado de los mecanismos evolutivos frente aquella primera concepción ortodoxa de la evolución gradualista que operaría por selección y acumulación de pequeñas diferencias en un proceso progresivo y ascendente. ¿Será Heidegger un ejemplar concreto de los denominados monstruos esperanzados?.


Por mi parte invito a seguir la reflexión –y a enlazar con la SFPA- a:

Profesor en secundaria y Re(paso) de lengua. ¿Evolución en la literatura, en el arte, en la educación, en la personalidad?
Luis González que seguro que podrá hablarnos de/sobre/o desde/ esa extraña mutación y curiosa simbiosis que es la Tortuga Bicéfala y los Seres Vacíos.
A Anónima; sin dirección conocida, quizá nos pueda dejar algún comentario.
Andrés Hurtado. Autopsia. El estilo y la voluntad.

Teoría de la endosimbiosis seriada. Lynn Margulis.



Creo que la mayor parte de la novedad evolutiva surgió y todavía surge directamente de la simbiosis.
Lynn Margulis


En un breve artículo “Individualidad por incorporación” expone Lynn Margulis los puntos principales de su Teoría de la endosimbiosis seriada. El artículo está disponible en castellano en Planeta simbiótico. Un nuevo punto de vista sobre la evolución. Editorial Debate y también en un volumen publicado por la Universitat de València, Col-lecció Honoris Causa que recoge un conjunto de escritos seleccionados bajo el título Una revolución en la evolución. Lynn Margulis.

He realizado un extracto del artículo con las ideas que considero fundamentales y accesibles a un público no especializado –entre el que me cuento. También el dibujo (Kathryn Delisle) de la imagen proviene del mismo artículo

1. Veamos un breve resumen del contenido de la Teoría de la endosimbiosis seriada (SET) por la propia Lynn Margulis:

Intentaré resumir de forma tan simple como se posible. En primer lugar un tipo de bacteria amante del azufre y del calor, llamada arqueobacteria se fusionó con una bacteria nadadora. Juntos los dos componentes integrados de la fusión se convirtieron en el nucleocitoplasma, las sustancia base de los ancestros de las células animales, vegetales, fúngicas. Este temprano protista nadador era, como sus descendientes actuales, un organismo anaerobio. Envenenado por el oxígeno vivía en arenas y lodos donde abundaba la materia orgánica, en grietas de las rocas, en charcos y estanques donde este elemento estaba ausente o era escaso[...] otro tipo de microorganismo de vida libre fue incorporado a la fusión: una bacteria que respiraba oxígeno. Surgieron células todavía mas grandes, más complejas. El triplemente complejo respirador de oxígeno (amante del calor y del ácido, nadador y respirador de oxígeno) se volvió capaz de engullir alimento en forma de partículas. Estas células con núcleo, seres complejos y asombrosos que nadaban y respiraban oxígeno, aparecieron por primera vez sobre la tierra quizá tan pronto como hace unos 2.000 millones de años. Esta segunda fusión, en la que el anaerobio nadador adquirió un respirador de oxígeno, condujo a células con tres componentes cada vez más preparadas para soportar los niveles de oxígeno libre que se acumulaban en el aire. Juntos, el delicado nadador, la arqueobacteria tolerante al calor y al ácido y el respirador de oxígeno, formaban ahora un único y prolífico individuo que produjo nubes de prole.[Todos los animales y hongos; quién no recuerda aquí al Abraham de la ciudad de Ur, cuyos descendientes serían innumerables como estrellas]

[y ahora las plantas]

En la adquisición final de la serie generadora de células complejas, los respiradores de oxígeno engulleron , ingirieron, pero no pudieron digerir bacterias fotosintéticas de color verde brillante. La “incorporación” literal tuvo lugar tras una gran lucha en la que las bacterias verdes no digeridas sobrevivieron y la fusión completa prevaleció. Con el tiempo las bacterias verdes se convirtieron en cloroplastos. Como cuarto miembro, estos productivos amantes del sol se integraron con los demás socios antes independientes. Esta fusión final dio lugar a las algas verdes nadadoras. Estas antiguas algas verdes nadadoras no sólo son los ancestros de las células vegetales actuales, todos sus componentes individuales todavía están vivos y en buena forma, nadando y fermentando y respirando oxígeno.

2. Según la propia Lynn Margulis tres de los cuatros puntos de esta teoría están probados y son generalmente aceptados:

Ahora podemos identificar tres de los cuatro socios que subyacen al origen de la individualidad celular. Los científicos interesados en este asunto están de acuerdo en que la sustancia base de las células, el núcleocitoplasma, descendió de las arqueobacterias [...] Las mitocondrias respiradoras de oxígeno de nuestras células [...] evolucionaron a partir de simbiontes bacterianos ahora llamados “bacterias púrpura” o “proteobacterias. Los cloroplastos [...] fueron en su tiempo cianobacterias fotosintéticas de vida libre

3. El punto polémico:

Un tema principal y polémico perdura [...] Mi hipótesis de que el nadador –otro microorganismo diferente- fue adquirido simbióticamente en el primer y más antiguo paso del origen de las células nucleadas es el componente de idea más difícil de defender. Esta fusión tuvo lugar hace quizá 2.000 millones de años. La idea clave de la SET es que los cilios, las colas de los espermatozoides, las protuberancias sensoriales y muchos otros apéndices de las células nucleadas surgieron en la fusión original de la arqueobacterias con la bacteria nadadora.

[ Contrario a este idea Max Taylor propone una teoría no simbiótica para el origen de las células nucleadas: teoría de la filiación directa]

4. El nadador invasor:

“todavía tiene parientes de vida libre. Son las espiroquetas. Sus ancestros, los antiguos serpenteadotes silvestres, hambrientos y desesperados, invadieron muchas arqueobacterias, algunas incluso parecidas a las actuales Thermoplasma. Las invasiones fueron seguidas de treguas. Yo postulo que las células nucleadas más tempranas emergieron después de que las espiroquetas y las arqueobacterias sobrevivieran en estado fusionado. La célula con núcleo evolucionó mediante simbiogénesis.” [...] Las espiroquetas con forma de sacacorchos, los bólidos del mundo microbiano, parecen serpientes helicoidales. Estas bacterias se abren paso vertiginosamente, hacia delante y hacia atrás, hacia arriba y hacia abajo y hacia derecha e izquierda [..] En el pasado remoto, como ahora adelantaban a las demás bacterias. Rápidas y prolíficas las espiroquetas invadieron el espacio interno de las arqueobacterias y aquellas que interactuaron sobrevivieron. Sus descendientes vivos están ahora inextricablemente involucrados en los movimientos mitóticos y otras actividades de las células complejas. Los socios están tan fusionados que la trama del origen es difícil de reconstruir, pero no imposible.

5. Punto final: seres simbióticos sobre un planeta simbiótico.

Incluso si la investigación demuestra que mi hipótesis de las espiroquetas es falsa, el mismo hecho de pensar en la simbiosis es un fenómeno simbiótico. El oxígeno que respiramos penetra en nuestro cerebro procedente de las corriente sanguínea y es incesantemente metabolizado por las mitocondrias que sabemos que son antiguas bacterias respiradoras. Estén o no las serpenteantes espiroquetas en el centro de nuestro ser, seguiremos siendo seres simbióticos sobre un planeta simbiótico.

6. Gaia. Esto sería tema para un nuevo post.