Leo en Albayalde un post dedicado al asunto de la religión en las escuelas. El autor refiere que las primeras noticias que tuvo de Feuerbach, Marx y Nietzsche fue en las clases de religión. Le creo; pues yo era profesor en esa época en la que puesto que se enseñaba filosofía en las clases de religión, quizá a mí me correspondía -para compensar- hablar de Dios y de religión en las clases de ética y filosofía. Como lo oyen, así estaban las cosas en ese tiempo.
También fui alumno de religión -eso fue mucho antes. Aunque si soy sincero no recuerdo de manera muy precisa de qué hablábamos en las clases de religión, sólo me llegan jirones de memoria sueltos e imprecisos: la caridad, el diablo, la copa de europa y el Real Madrid, la pobreza, la crisis de vocaciones, el divorcio y el aborto... Pero a Feuerbach, a Marx y a Nietzsche yo los conocí en la clase de filosofía, la asignatura de ética no existía por entonces y todos los alumnos recibíamos enseñanza de religión impartida por un cura católico, solo estaban exentos algunos casos muy particulares de alumnos que profesaban otras confesiones religiosas. Yo que por entonces era bastante aguerrido solía ser muy participativo en las clases y esperaba obtener al menos un siete a final de curso, lo cierto es que me encontré con un sorprendente "exento" en las calificaciones de junio. Curioso porque yo había asistido a todas la clases y no había solicitado ninguna exención, parece que fue el cura quien decidió "objetarme" por su propia iniciativa y criterio -y sin pedirme consentimiento. No le tuve en mala estima entonces, ni le guardo rencor, a pesar de quedarme sin el merecido "siete" y de lo engorroso de tener que justificar en casa ese extraño "exento". Por lo demás los curas que yo tuve como profesores eran personas, en general, afables, de fácil trato, más comprensivos que autoritarios, y creo que éramos nosotros,los alumnos, quienes les complicábamos más la vida a ellos, que ellos a nosotros. En resumidas cuentas, la asignatura era considerada por todos nosotros como lo que vulgarmente se llama "una maría" y así trascurrían las cosas.
Cuando fui profesor las cosas habían cambiado, la objeción a clase de religión católica estaba claramente reconocida para cualquiera que lo desease (y no sólo por motivos de conciencia religiosa del alumno -o del cura, que por lo vivido parece que siempre tuvo la potestad de objeción activa) . Y para ocupar a estos muchachos se introdujo esa ética (que impartí en mis primeros años de profesor) que era alternativa a esas clases de filosófica religión que refiere Alejandro. Las cosas siguieron cambiando (como no puede ser de otro modo) y la ética pasó a ser materia común obligatoria (lo cual no dejó de molestar a algunos sectores para los cuales parece que la posibilidad de una moral separada de la religión católica no puede anunciar otra cosa que heteronomía, manipulación ideológica... para qué vamos a seguir con la retahíla ) De todas formas como la asistencia a las filosóficas clases de religión diseñadas e impartidas por la iglesia católica siguió siendo opcional, para los que no tenían ese gusto se propuso una alternativa de religión no confesional, donde estudiar el budismo, el hinduismo, el taoísmo... y otros ismos. Las cosas siguieron cambiando.... a muchos nos parece que el derecho de algunos a recibir clases de religión católica (con fundamento filosófico o sin él) no debía obligar a otros a cursar ninguna otra materia, ya fuese de taoísmo, ecologismo o cocinismo.
Lo cierto es que la iglesia católica sigue teniendo a su disposición muchos recursos públicos, profesores seleccionados por la propia iglesia, pero pagados por el estado como cualquier otro funcionario.... centros públicos de los que pueden hacer un uso tan libre y completo como cualquier otro departamento y una materia que es opcional ¡en todos los cursos con excepción de 2º de Bachiller!. Así pues, no temamos por la filosofía... la reflexión y la libertad, que están garantizadas.
Qué cosas...
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También fui alumno de religión -eso fue mucho antes. Aunque si soy sincero no recuerdo de manera muy precisa de qué hablábamos en las clases de religión, sólo me llegan jirones de memoria sueltos e imprecisos: la caridad, el diablo, la copa de europa y el Real Madrid, la pobreza, la crisis de vocaciones, el divorcio y el aborto... Pero a Feuerbach, a Marx y a Nietzsche yo los conocí en la clase de filosofía, la asignatura de ética no existía por entonces y todos los alumnos recibíamos enseñanza de religión impartida por un cura católico, solo estaban exentos algunos casos muy particulares de alumnos que profesaban otras confesiones religiosas. Yo que por entonces era bastante aguerrido solía ser muy participativo en las clases y esperaba obtener al menos un siete a final de curso, lo cierto es que me encontré con un sorprendente "exento" en las calificaciones de junio. Curioso porque yo había asistido a todas la clases y no había solicitado ninguna exención, parece que fue el cura quien decidió "objetarme" por su propia iniciativa y criterio -y sin pedirme consentimiento. No le tuve en mala estima entonces, ni le guardo rencor, a pesar de quedarme sin el merecido "siete" y de lo engorroso de tener que justificar en casa ese extraño "exento". Por lo demás los curas que yo tuve como profesores eran personas, en general, afables, de fácil trato, más comprensivos que autoritarios, y creo que éramos nosotros,los alumnos, quienes les complicábamos más la vida a ellos, que ellos a nosotros. En resumidas cuentas, la asignatura era considerada por todos nosotros como lo que vulgarmente se llama "una maría" y así trascurrían las cosas.
Cuando fui profesor las cosas habían cambiado, la objeción a clase de religión católica estaba claramente reconocida para cualquiera que lo desease (y no sólo por motivos de conciencia religiosa del alumno -o del cura, que por lo vivido parece que siempre tuvo la potestad de objeción activa) . Y para ocupar a estos muchachos se introdujo esa ética (que impartí en mis primeros años de profesor) que era alternativa a esas clases de filosófica religión que refiere Alejandro. Las cosas siguieron cambiando (como no puede ser de otro modo) y la ética pasó a ser materia común obligatoria (lo cual no dejó de molestar a algunos sectores para los cuales parece que la posibilidad de una moral separada de la religión católica no puede anunciar otra cosa que heteronomía, manipulación ideológica... para qué vamos a seguir con la retahíla ) De todas formas como la asistencia a las filosóficas clases de religión diseñadas e impartidas por la iglesia católica siguió siendo opcional, para los que no tenían ese gusto se propuso una alternativa de religión no confesional, donde estudiar el budismo, el hinduismo, el taoísmo... y otros ismos. Las cosas siguieron cambiando.... a muchos nos parece que el derecho de algunos a recibir clases de religión católica (con fundamento filosófico o sin él) no debía obligar a otros a cursar ninguna otra materia, ya fuese de taoísmo, ecologismo o cocinismo.
Lo cierto es que la iglesia católica sigue teniendo a su disposición muchos recursos públicos, profesores seleccionados por la propia iglesia, pero pagados por el estado como cualquier otro funcionario.... centros públicos de los que pueden hacer un uso tan libre y completo como cualquier otro departamento y una materia que es opcional ¡en todos los cursos con excepción de 2º de Bachiller!. Así pues, no temamos por la filosofía... la reflexión y la libertad, que están garantizadas.
Qué cosas...
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12 comentarios:
¿Son las opcionales clases de religión un atentado contra la libertad y la reflexión filosófica?
¿Qué impide al filósofo ser religioso? ¿Por qué razón opones religión y filosofía?
¿Son las opcionales clases de religión un atentado contra la libertad y la reflexión filosófica?
NO.
¿Qué impide al filósofo ser religioso?
Yo diría que nada, pero en esto hay para todos los gustos, los hay religiosos, los hay que no.. y con razones muy diversas.
¿Por qué razón opones religión y filosofía?
No lo hago.
Son cosas distintas, con puntos comunes y con diferencias.
Si no opones filosofía y religión, qué sentido tiene afirmar irónicamente que "no temamos por la filosofía... la reflexión y la libertad,
que están garantizadas", a causa de que "la iglesia católica sigue teniendo a su disposición muchos recursos públicos, profesores seleccionados por la propia iglesia, pero pagados
por el estado como cualquier otro funcionario.... centros públicos de los que pueden hacer un uso tan libre y completo como cualquier otro departamento
y una materia que es opcional ¡en todos los cursos con excepción de 2º de Bachiller!"; qué tendrán que ver los recursos públicos que la iglesia católica tenga, con la filosofía.
Juanjo,
Quizá si sigues el enlace al post al que hago referencia puedas entender la ironía (no estoy seguro de haya ironía, quiza solo un poco de amargura) Quizá hasta te provoque una sonrisa (nada maliciosa).. o eso espero.
saludos
La clase de religión tiene tanta fuerza en el sistema educativo laico como para que las administraciones educativas se tomen la molestia de situarla dentro del horario escolar, ya que, si se pone a primera o última hora, los alumnos se ven tentados (por fuerzas oscuras -o filosóficas-, sin duda) a escaparse. De ahí que en los últimos años, servidor tenga que impartir lengua castellana a los bachilleres de 2 a 3 de la tarde, mientras la doctrina se imparte a una razonable media mañana; eso sí, los que no han elegido catolicismo, deben entregarse durante esa hora a diversas ludopatías. Supongo que desde la filosofía habrá alguna justificación para todo esto, ¿no?
Un saludo.
¡Cómo me conoces! Tu esperanza se ha cumplido.
Ambos, la religión y el estado, hacen uso de la filosofía, y precisamente por ello no pueden hacer filosofía ni la pueden deshacer.
¡Salud!
Antonio
Habría que hablar sobre la voracidad de algunos sectores de la iglesia y de familias católicas, que no se conforman con la presencia de la religión en la escuela (en la práctica totalidad niveles, como casi ninguna otra materia), sino que quieren también ordenar el tiempo de aquellos que no optan por la religión, y se sienten agraviados si lo que allí se hace no es de su gusto . Es algo que merece ser estudiado y analizado. Es un post pendiente, pero me da mucha pereza.
Lo de los horarios, pues nada, intenta llevarlo con filosofía o con resignación cristiana... me gustaría decirte con esperanza, pero ¡ay! ...
Saludos
Acepto tu ironía y añado un encogerme de hombros... :-)
Una profesora mejicana me contaba el asombro que tuvo cuando se enteró que en los institutos públicos se impartía clase de religión. Debe ser igualmente inimaginable en prácticamente ningún país europeo. No me imagino que en Francia o en Finlandia haya clases de religión católica o protestante. Es una disfunción anacrónica. Está claro que la formación religiosa debe estar fuera del sistema educativo público, por más buena voluntad que tenga el profesor que la imparta y por amplios planteamientos que tenga. No se entiende y además no fomenta la religiosidad de ningún tipo por lo que he visto cuando he entrado por alguna razón a una clase de religión. No tiene sentido. Un estado laico no debe tener esta oferta y menos perjudicando, como dice Antonio, a otras asignaturas.
Alejandro
Lo más gracioso vendrá cualquier día al echar mano al bolsillo.
Joselu
No sé cual es la situación en Europa. Dicen que la religión confesional está presente en otros lugares; pero que no creo se permitan tratar de influir en lo que deben hacer los otros . Para mí ese es el dato más escandaloso.
Tocas un tema que siempre tiene la virtud de indignarme. Es incomprensible que en estos tiempos haya que dedicar dos horas enteritas a la religión católica, con profesores (bastante inútiles en muchos casos, triste es decirlo) pagados por todos para satisfacer el privilegio de unos cuantos (cada vez menos, por suerte). No me meto con los contenidos que imparten para no alargarme, pero yo recuerdo con horror aquellas clases que nos hablaban de mártires que sufrían torturas sin cuento y nos inculcaban el terror al sexo, el miedo al pecado, cuántas mentiras y podredumbre... Ahora sólo nos permiten a los díscolos leer en esas horas, bien mirado no está mal, pero, ¿no sería preferible que pudieran hacerlo TODOS y no sólo los que eligen esa opción? Qué tiempo tan precioso perdido... Y luego dicen que no saben ortografía ni dividir, a ver, qué quieren... Que me den esas dos horas para dar clase en condiciones y se dejen de rasgarse las vestiduras diciendo que se sienten perseguidos, menospreciados y varias barbaridades más. Lo que hay que oír...
Un saludo.
Yolanda
Cuando leo tu comentario he escrito un segundo post sobre el asunto que creo que está relacionado con lo que dices.
Saludos.
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