domingo, 22 de noviembre de 2009

Instrucción

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Eliecer explicaba a José al pie del árbol divino. El mozo, a instancias del viejo, lo apuntaba todo y se lo leía a sí mismo en voz alta, con la cabeza apoyada en el hombro, hasta sabérselo de memoria. Por supuesto, la lectura y la escritura eran la base y el acompañamiento de todo; de otro modo las cosas pasarían fugazmente por el oído de los hombres para olvidarlas enseguida. Por eso José tenía que sentarse muy erguido al pie del árbol, con las piernas cruzadas, y sostener en su regazo los utensilios de escritura: la tabla de arcilla en la que grababa con el buril signos cuneiformes, o las hojas pegadas de tejido de junco, o la piel alisada de oveja y cabra, sobre los que iba alineando sus garabatos con la caña estrujada por los mordiscos o tallada en punta, que sumergía en los huecos rojo y negro de su tintero. Unas veces se valía de la escritura del país, la escritura humana que le servía para retener su lengua y modo de hablar cotidiano (...); y otras, de la escritura divina, la oficial y sagrada de Babel, la escritura de la ley, de la doctrina y de las leyendas [...]
Luego José se marchaba con paso garboso en busca de sus hermanos, que andaban por los campos o los pastos, para hacerles de zagal, en las tareas menos arduas. Pero ellos decían, enseñando los dientes:
"¡Mirad ahí viene con paso garboso el fantoche de los dedos entintados, después de pasarse el día leyendo piedras de antes de la Inundación! ¿Se dignará a ordeñar las cabras, o sólo viene a acecharnos, a ver si el les cortamos trozos de carne a los animales para echarlos al puchero? ¡Ay, si fuera por las ganas que tenemos de apalearlo, no se iría de rositas, como por desgracia sucede por culpa del Terror de Jacob!."

José y sus hermanos. Vol II. El joven José. Thomas Mann.

La glosa otro día.
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5 comentarios:

Joselu dijo...

Soy un entusiasta de Thomas Mann, pero de tres de sus textos: La montaña mágica, Muerte en Venecia y Los Buddenbrook. Otras obras como la que hoy citas o el doctor Faustus, no me han llegado a conmover ni a interesar tanto. Aquí aparece el contraste entre José, el culto, y sus hermanos pastores o labradores que lo miraban con desconfianza y abierta hostilidad y que acabaría con la venta del José a unos mercaderes para acabar éste en la corte del faraón encumbrado. Es una fuente de sorpresas este José bíblico pero no sé por dónde irá tu glosa, que espero con interés.

Leicca dijo...

Yo también la espero. Si puedo colaboro con otra porque me he acordado de mis pequeñuelos (y de mis grandezuelos) en medio de su propia clase. Entiendo, de todas maneras, lo de dejarlo para "otro día".

En general este post me da buena espina. Algo parecido a lo siguiente: "Debe de ser usted un lujo para sus alumnos, profe".

Serenus Zeitbloom dijo...

Vaya, en menudo lío me he metido. Lo de "la glosa otro día" era solo una manera de quitármela de encima. En realidad había pensado " y ahora querido lector, dígame (en la sección comentarios) todo aquello que le sugiere el texto.

Saludos
Ahora voy a seguir leyendo.

María dijo...

A mi también me gusta Thomas Mann.
De los cuatro libros que forman la obra de la que has extraído este fragmento, justamente he leído el segundo y le cuarto, los otros nunca los llegué a terminar... Es curioso el ensañamiento de los 10 hermanos de José con él, justamente por ser al único de ellos, al que le interesaba cultivarse y aprender.
Lo más temible en este mundo es la ignorancia, hasta con un malo, inteligente puedes tratar. Con un ignorante malo, imposible...Al final, como siempre ocurre, los 10 hermanos necesitan de José y él les brinda su ayuda...¡¡Es el porta, noble y generoso, y ya se sabe...!!

No sé, me temo que por aclamación popular, me temo Serenus que tras meterte en ese jardín, vas a tener que salir con una "glosa debajo del brazo", seguro que sería estupenda...

Un abrazo.

Leicca dijo...

Haga copia aquí, Serenus, de lo que nos dice a los mortales por ahí lejos. No se limite usted sólo a los grupos de desdeducantes, que los fieles le seguimos sólo hasta "cierta boya". Hasta donde "no cubre", supongo.

Imagine la metáfora que quiera, pero confíe en lo que le decimos los que llevamos tanto tiempo en el internette. (Desde que Telefónica... en fin.)

Si no le parece bien, al menos háganos el favor de seguir con el refugio en pie ajustando alguna tabla de cuando en cuando. Viene el frío. Hay que encender la calefacción. Hay que limpiar el polvo, ordenar los posts. ¿Dónde está al owner? En el campo, patrón. ¿Cuándo vuelve? Cuando termine de leer. ¿Y qué es lo que lee? Estamos todos igual, Serenus. Los que leímos el histórico estamos un poco en ésas.

Besos,
saludos,
y demás parientes.

Ana.