Durante algunos días me ronda una idea que me fue sugerida mientras reponía fuerzas devorando un sabroso –y colosal- bocadillo de tortilla francesa acompañada de una loncha de jamón asado.
No me gusta apropiarme de lo ajeno, sobre todo cuando pertenece a los amigos, así que me gustaría que quien me la ha sugerido también la desarrolle –supongo que me leerá-, pero la idea es demasiado importante como para confiarla a una sola persona –que además actualmente no se prodiga. Hace algunos días escribí un post titulado “Mañana por la mañana”, ponía allí en duda que la sugerencia del ministro acerca de la posibilidad de ampliar la obligatoriedad de la educación hasta los dieciocho años pudiera llegar a realizarse. Lo cierto es que a nadie parece molestarle demasiado esa sugerencia: la izquierda “progre” la bendice y la derecha apenas es capaz de musitar un “pero”. Y todos nos preguntamos acerca de los medios para llevarla a cabo, como si en sí misma fuese una propuesta bondadosa, razonable y deseable. Una reflexión interesante es la de Antonio en Repaso de lengua; nos recuerda con ironía que deberían “implicarse” psiquiatras, jueces y obispos, y puestos a mejorar podríamos demorar la mayoría de edad a los veintiuno –o a los veintisiete.
No me gusta apropiarme de lo ajeno, sobre todo cuando pertenece a los amigos, así que me gustaría que quien me la ha sugerido también la desarrolle –supongo que me leerá-, pero la idea es demasiado importante como para confiarla a una sola persona –que además actualmente no se prodiga. Hace algunos días escribí un post titulado “Mañana por la mañana”, ponía allí en duda que la sugerencia del ministro acerca de la posibilidad de ampliar la obligatoriedad de la educación hasta los dieciocho años pudiera llegar a realizarse. Lo cierto es que a nadie parece molestarle demasiado esa sugerencia: la izquierda “progre” la bendice y la derecha apenas es capaz de musitar un “pero”. Y todos nos preguntamos acerca de los medios para llevarla a cabo, como si en sí misma fuese una propuesta bondadosa, razonable y deseable. Una reflexión interesante es la de Antonio en Repaso de lengua; nos recuerda con ironía que deberían “implicarse” psiquiatras, jueces y obispos, y puestos a mejorar podríamos demorar la mayoría de edad a los veintiuno –o a los veintisiete.
Lo curioso es que nadie parece darse cuenta -o no se atreven a hacerlo público descarnadamente- de la perversidad atroz que supone que a chicos que ya a los doce o trece años aborrecen el estudio se les quiera obligar a permanecer en el sistema educativo hasta los dieciocho. No hace tantos años censurábamos a aquellos padres que se empeñaban en que sus hijos continuasen con los estudios más allá de la escuela obligatoria contra su voluntad, nos parecía irracional y autoritario, y solía ocurrir que por mucho que los papás se empeñasen el niño no daba palo al agua, y si no se le ponía remedio la cosa solía acabar muy mal. Pasados algunos años resulta que los más progres del lugar aplauden esta misma obligatoriedad proviniendo del estado, y sancionada por él.
La cosa da para pensar. ¿Los pondremos en manos de asistentes sociales, de jueces y de policías, de psicólogos y psiquiatras por no querer abrir un libro?. Piensen amigos: ¿qué hay detrás de la sugerencia del ministro?. Y no sólo piensen, pónganlo también por escrito.
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15 comentarios:
Ya mencioné en tu anterior post la crónica de un ex directivo del sindicato andaluz APIA. En ella se daba a entender que esto del ministro no ha sido una improvisación, sino la avanzadilla de algo que ya estaba meditado y decidido hace algunos años.
¿Qué hay detrás?, preguntas. Detrás hay una voluntad expresa de uniformar la educación en todo el territorio de la UE, muy por encima de las necesidades de la ciudadanía o los "hechos diferenciales" de cada uno de los países europeos. Detrás hay también la oportunidad de adecentar los altos índices de paro. Y, sobre todo, hay la hoja de ruta de un régimen político que hace aguas y que no se puede permitir una ciudadanía crítica.
Esto -y supongo que muchas cosas inconfesables más- es lo que hay, amigo. La mayoría de compañeros a los que he comentado este asunto no rechazan la idea de una educación obligatoria hasta los 18 si ello supusiera una diversificación de itinerarios a los 14 o 15 años. A mí esto es lo que me parece más preocupante, porque no se dan cuenta de:
a) La educación es un derecho de los ciudadanos.
b) La educación es una obligación, sí, pero de todo estado democrático. Obligación que consiste en hacer posible el derecho de los ciudadanos. Hay muchas maneras de hacerlo: enseñanza pública gratuita en todas sus etapas, cheque escolar, becas...
c) La obligatoriedad, si cruza las fronteras de la Primaria -de la enseñanza básica (única obligatoria para que un individuo adquiera la carta de ciudadanía) acrecienta el poder del estado sobre el individuo.
d) La mayor esperanza de vida nada tiene que ver con la prolongación de la enseñanza obligatoria. Por supuesto, la esperanza de vida ha aumentado pero las edades propicias para la maduración intelectual siguen siendo las mismas.
e) Si finalmente se alargara la enseñanza obligatoria hasta los 18, si finalmente incluso hubiera una diversificación más temprana en los itinerarios, ¿qué ocurriría en esos lugares donde no hay actualemente FP? ¿Qué sucedería, por ejemplo, en el pueblo donde yo trabajo, donde sólo hay un instituto y ningún módulo de grado medio?
Un afectuoso saludo.
David López Sandoval
Con 18 años, ya llevaba yo dos años trabajando; y luego continué estudiando. Lo has explicado muy bien y David ha cubierto los flancos: hay que dar opciones para que nadie pueda decir que el Estado lo ha dejado perder. Tal como está el sistema actual, nadie puede decir eso; en todo caso, los que podrían quejarse de vulneración de sus derechos son los pobrecitos que cumplen con su obligación y tienen que aguantar al resto. No hace mucho me refería a los decretos de derechos y deberes, y apuntaba que a los políticos, a familias, alumnos, etc. se les llenaba la boca de derechos, pero andaban poco dispuestos a cumplir con sus obligaciones. Es fundamental que entendamos la educación como un trabajo de larga distancia y que asumamos que no es fácil ver el bosque de cerca, pero tampoco podemos erigirnos en taumaturgos o milagreros. Hay un límite en la igualdad de oportunidades y ese límite no es tanto educativo como social, y por tanto se debe solucionar fuera de las aulas y mucho antes de llegar a los 12, 14, 16 o 18 años.
Perdón por el rollo.
Supongo que poco más se puede decir después de DESEDUCADOS y ANTONIO.
Escuchándoos y viviéndolo a través de mi hija de 15 años, como muchos chicos a los 15, son como toros incontrolables, porque están donde no quieren estar, esperando cumplir los famosos 16 para salir, de lo que ellos consideran una cárcel y por efecto de ello, hacen la vida imposible a compañeros y profesores.
Me pregunto ¿Cómo pretende la administración obligar a hombre hechos y derechos de 18 años, a hacer los deberes y trabajar? ¿Metiendo los tanques antidisturbios en los institutos?
Me parece estupendo que con 18 o con 48, se le den todas las facilidades a quiera aprender. Pero ese es el tema "a quien quiera", no por decreto y por obligación, y menos con 18 años.
Me parece tan sin sentido, que es muy probable que efectivamente sólo sea una forma de maquillar, las listas del paro que siguen "in crescendo", y precisamente en ese tramo, donde más.
Un abrazo.
Serenus: a los que están poniendo y pondrán en manos de asistentes sociales, jueces, policías, psicólogos y psiquiatras es a los docentes por no saber realizar su cometido como dios manda.
La pedagogía, que dicen que te falta... La depresión, que dicen que te afecta más a ti que a un ama de casa... La que te puede caer si el niño escucha la palabra "nada" en tu clase y al día siguiente se tira por la ventana con una nota dándote las gracias...
(Bueno. Igual aquí me estoy pasando un poco.)
Me agobia la cara de los que tienen 15 para 16, pobres, tristes esperando pacientes en su silla y su mesa tristes, hechos un asco por dentro y por fuera.
Lo más perverso es obligarles a ir saltando de curso en curso, que tengan siempre un desfase lo suficientemente grande como para que el hecho de retomar el estudio, si un día les da por imaginar que pueden, sea, desde la misma idea, lo más duro que habrán tenido que hacer en sus vidas.
A los míos se lo digo desde los 12:
"Mucho ojo con lo que hacéis: o han tendido una trampa. En dos años. aunque quiera, no sé si podré ayudaros. Corred vosotros si podéis. Estudiad. Nos la han tendido a todos, la trampa."
¡Qué desolado (o desolaó) todo, amigos! Realmente, no sé por qué insiste Serenus tanto en un tema que ya sólo produce desesperanza y úlcera de estómago.
Decía Platón (jodé, qué bobada de inicio), que el estado debía forzar a los ciudadanos a cumplir ciertas tareas con independencia de sus voluntades, "por la persuasión o la fuerza" y siempre que conviniera al interés común. La cuestión inicial - o de fondo - sería la de determinar si Platón nos propone un sistema inaceptable (por totalitario) o, por el contrario, cabe su reflexión. DE todas formas, como cuasi rortyano que soy, eso del "fondo de las cosas" me deja un poco pluff.... así que, más allá de la filosofía política, me voy al tema.
Creo que es cruel forzar al que no quiere estudiar al estudio a todas las edades y, más a más, a más edad peor. Pero a veces hay que ser cruel. Creo que es bueno tener ciudadanos formados y con espíritu crítico que se preocupen por el mejoramiento de las clases humildes. Pero también creo que Campanilla, el hada, es un buen partido para mi cercana vejez. Es decir, que mis creencias patinan en la (puta) realidad que es testaruda.
Creo que intentar modificar las cosas es justo y necesario pero siento que en los últimos tiempos las modificaciones de las cosas son sólo fuegos artificiales o, sencillamente, empeoran las cosas.
No creo en conspiraciones sino en la idiotez que, dicen, la educación evita... así que tenemos tiempos de idiotez para rato.
Quizas la nuevas generaciones precisaran disciplina, cultura del esfuerzo y la responsabilidad, pero vivimos en una sociedad farmaco-pornográfica (Beatriz Preciado decía)en la que estamos todos idiotizados en nuestro propio orgasmo (que no llega o se repite).
En resumen: no me parece adecuado eso de la ampliación hasta los 18 años porque es una medida que sólo tiene sentido para aquellos que rechazan el sistema. De hecho, son muchos los que vía tal o vía cual - PCPI, repetición de curso, Ciclos, Bachillerato, Educación de Adultos... - están en el sistema hasta los 18 (y más, claro). Por eso, ¿a quién habría que obligar si de hecho ya están muchos en los 18 años de escolarización (y más)? La ampliación afectaría sólo a las balas perdidas. Pero, ¿qué precisan esas balas perdidas, que cambiemos todo el sistema ( que, por otra parte, merece cambio pero dado que todo cambio empeora no sabe uno si lo mejor es dejar todo tranquilo...)? Los/las balas perdidas necesitan, quizás, que pase el tiempo y que - en cierto sentido - no se dé aquello de la canción y a ellos "el tiempo sí les cambie". Creo que necesitan pasar del pupitre a la acción. Y la acción es el trabajo. Si el orden social no genera trabajos que no exijan ser ingeniero nuclear pues es un fracaso del orden social. Pero los problemas del trabajo ¿sólo se solucionan en la escuela?. La escuela no es panacea. Es sólo ese lugar lleno de mocos y hormonas donde algunos intentan hacer ecuaciones, redactar historietas o limar piezas inútiles con la única utilidad de aprender a limar, redactar o resolver ecuaciones.
Esto es muy difícil de pensar, Serenus, hermano lobo de la pedagogía y rey de las más hermosa huerta epicurea. Esto es difícil.
No deja de ser curioso que la futura ley sobre interrupción del embarazo prevea que la muchacha puede decidir a los dieciséis años lo que desea hacer, si abortar o continuar con la gestación. Sin embargo, si se plasmara legalmente la idea del ministro de Educación, el estado pretende arrogarse el derecho de obligar a los ciudadanos a estar encerrados entre cuatro paredes hasta los dieciocho años quieran o no quieran, en su etapa de mayor potencia personal. Creo que es una deformación de las funciones del Estado. Hasta hace poco existía la mili obligatoria y ante ella se plantaron los objetores de conciencia incluso en tiempos del franquismo. Ahora tenemos a los objetores dentro del sistema educativo pues no pueden por ley trabajar hasta los dieciséis años. ¿Qué harán, también por ley, impedir que se pueda acceder al mundo del trabajo hasta los dieciocho años? Abominable. Y en cuanto a los itinerarios, habría el de bachillerato y el profesional tal vez -obligatorios- ¿quién los contendrá y cómo, encerrados haciendo lo que no quieren de motu propio? ¿Qué profesores darán bachillerato y cuáles darán los otros itinerarios?
David, Antonio,María, Leicca,Lug, Joselu.
Agradezco vuestros reflexivos comentarios, y me alegra comprobar que coincidimos en que estas sugerencias de alargar la escolarización obligatoria tienen poco que ver con el derecho a la educación.
Salud, seguiremos con el tema aunque nos provoque acidez. Créeme que te entiendo, Lug.
El "derecho a la educación" es la clave del asunto, Serenus. A la mayoría se les está privando de ese derecho sin más. Deberíamos releer 1984 y la reducción de la ración de chocolate, por poner un ejemplo.
(Aunque ahora lo que se estila, me dicen, son los niños con pijamas de rayas.)
Hay quien ha dicho esto:
Yerra el ministro en querer restringir el mercado laboral con una ampliación del tiempo de permanencia en los centros escolares; se equivoca al confundir el sistema de enseñanza con un aparacadero; quiere maquillar los escandalosos datos de abandono temprano por medio del “ministerio de la Ley”.
Pero lo peor de la propuesta del ministro de Educación está en que entra en profunda oposición con uno de los grandes postulados que ha mantenido el PSOE en su defensa de la reforma del aborto: la madurez y capacidad de una mujer de dieciséis años para abortar sin necesidad del consentimiento paterno.
Una mujer de dieciséis años puede decidir abortar, pero no puede decidir ir a clase o no, trabajar o estudiar. Un sinsentido: una persona no puede ser mujer o niña dependiendo del departamento ministerial del que se trate.
La educación se ha convertido en el saco roto donde arrojar cualquier idea que ponga al Ministerio en la portada de un Periódico. Quieren forzar un Pacto por la Educación porque todos sabemos que con un cambio de gobierno la Educación es susceptible de nuevos cambios y a todos los gobirnos les gusta creer que su política educativa es la mejor de los mundos posibles. La LOE, que ya ha terminado de implantarse este año, tiene entre sus grandes "descrubrimientos" las COMPETENCIAS, y una de ellas es que el alumno sea autónomo no sólo en su vida sino que alcance este grado con su propio aprendizaje. Esto es totalmente contradictorio con la creencia de que la solución de todos nuestros males (además, de quitarse gente de las listas del INEM) es la obligatoriedad hasta los 18, que en mi opinión sólo es mediocrizar más el estudio.
¿Por qué no piensan en una mejora de los bachilleratos? Esa es la educación del que "quiere estudiar", pero no, ese alumno no importa. Y eso es lo que realmente me pesa de todo esto, el maltrato al que estudia, al que considera que esa es su mejor opción al cumplir los 16.
Neuschwanstein, quizá no hay tal contradicción, quizá el gobierno socialista ha decidido tratarnos a todos como menores, tutelarnos de por vida. Saludos, y te aconsejo que visites esta página de nueva creación: http://deseducativos.com/ quizá te apetezca colaborar.
Mar, bienvenida a este lugar, y gracias por tu comentario, efectivamente parece que la mediocrización no tiene fondo... y pásate por deseeducativos –si no es que vienes de allí :)
http://www.europapress.es/madrid/noticia-cada-dia-5000-docentes-red-publica-no-van-trabajo-generando-coste-120-millones-anuales-20091119185244.html
Jopelines.
Pobrecitos,
los chavales,
cuando les obliguen a ir al instituto hasta los 18, con esta panda de profes que ya sabe todo el mundo que no se dedican más que a escaquearse...
Leicca, mira esta a ver que te parece:
http://www.ciudadprogreso.org/site/index.php?id=8&tx_ttnews[tt_news]=572&tx_ttnews[backPid]=2&cHash=d7b9eca1bc
Triste.
Al este paso le van a tener que hacer un monumento "al Alumno Desconocido". Los pocos que tienes en clase que quieren seguir estudiando, ¿no empiezan a convertirse, a efectos prácticos, en un_engorro_menos en el aula y poco más?. A eso me refería con lo de comunicar un aumento en la ración de chocolate mientras la reducen.
-Siendo mala, yo lo siento por el Dream Team de cada departamento que pensaba que dar clase en Bachillerato era mejor que contestar a las preguntas del estilo "¿Y lo escribo con boli rojo o con boli azul, profe?". Lo mismo ahora empiezan todos a darse de tortas por los primeros de la ESO... Ñiec, ñiec.-
He intentado ver 'Entre les Murs' dos veces pero no paso de la primera escena. Voy a leer un rato para que se me quite la angustia de encima. Más tarde saldré de cañas y tapas, que dicen que eliminan muy bien los últimos restos. Una irá a la salud de usted, profe.
Feliz sábado.
Por cierto:
yo usaría los términos "Gabilonditis" o "Gabilondancia", más ajustados a la fiesta y la desesperación.
El Gabilondismo suena tan majete que casi podría llevarse a unas olimpiadas.
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