Tras varios fracasos, Apocaliptus –vomitiva-, 300 -insustancial-, hoy he vuelto a disfrutar con el cine: La vida de los otros, ya, ya les oigo murmurar, "otro que descubre la pólvora". La verdad es que no estoy a la última en esto del cine, apenas leo las críticas y voy de recomendación o de casualidad. Me habían llegado rumores, y la verdad, esperaba una buena película; además,una película ambientada en la antigua DDR sabía que captaría mi atención, aunque fuese ,tan sólo, por el interés histórico y por la magia de Berlín. Mientras me dirigía al cine pensaba en Good bye Lenin, Die Legende von Paul und Paula -un grandísimo e inexplicable éxito en su día, y una película de culto en Alemania, pero que a un español de mi edad le recuerda las de Cine de Barrio- relacionadas con la antigua DDR y otras buenas experiencias. Pero La vida de los otros, ha superado con mucho mis expectativas, una idea gravitaba siempre sobre mi cabeza en el cine: 1984, una y otra vez mientras pasaban las escenas, admiraba la genialidad de Orwell, recordaba a Winston y a Julia, pero sobre todo me llegaba una especial atmósfera; la del silencio y la delación, la censura, la vigilancia, el afán por el control, el paternalismo, el chantaje y el miedo, el enchufismo, el peloteo, la desconfianza, la traición, la ineptitud....
No se preocupen, no se la reviento, acudan a verla.
Sobre
Erich Honecker
El himno de
No hay comentarios:
Publicar un comentario