sábado, 3 de noviembre de 2007

Cambiar de piel.

La serpiente que no puede cambiar de piel sucumbe. Lo mismo los espíritus a los que se les impide cambiar de opinión; dejan de ser espíritu.

Friedrich Nietzsche.

Aparece en prensa el anuncio del nuevo bachillerato, junto a otros cambios de los que no me apetece hablar hoy, la filosofía deja de ser filosofía para convertirse en filosofía y ciudadanía: “el animal iracundo” (feliz hallazgo) se revitaliza gigantesco con una nueva transfusión y se encamina lento y poderoso hacia la laguna de la memez inagotable.

Las críticas, apoyos, rechazos, valoraciones, comentarios, manifiestos, asemejan estertores del espíritu.

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