viernes, 4 de julio de 2008

El servicio militar de Herr Echt

Mari Nieves Firztpatrick Ovejero “la maña” conoció a Herr Echt en Cartagena durante el servicio militar de aquel. Nos refiere que era un joven de buenas maneras, algo retraído y un poco rígido, por lo demás un chico agradable, nada que ver con los habituales gañanes que solían pasarse por su mercería so pretexto de reparar botones o descosidos en la camisa. “Sus maneras distinguidas, su cabello rubio, sus ojos claros, la piel lechosa y las pecas -no pasaba desapercibido Herr Echt por Cartagena”, rememora Mari Nieves. “Lo conocía por sus visitas a mi mercería, pero no habíamos intimado hasta aquella noche que lo encontré maltrecho, oliendo a aguardiente y ensangrentado, pues lo habían apedreado unos muchachos en una calle de mala nota en la misma Cartagena . Lo llevé a mi casa, curé sus heridas y lo dejé descansar –sin esperar por ello correspondencia. Durante el resto del verano se acercaba por mi casa a merendar casi todas la tardes, y fue así que conocí de su vida y del arte familiar –que tanto estimaba- “ refiere Firztpatrick.

En octubre Herr Echt se licenció del servicio militar y dejó Cartagena sin dejar aviso en la mercería, esto sólo acertó a conocerlo Mari Nieves semanas más tarde, cuando extrañada por sus ausencias decidió investigar la causa. Pero nadie pudo darle noticias de su paradero, ni siquiera la familia del propio Echt. Más tarde averiguaría de la existencia de una tal Patricia de la Alcazaba que regentaba otra mercería en el cercano pueblo de San Clemente, supo también de un tipo de aspecto lechoso y rubicundo que la habría cortejado en primavera. Y supo, finalmente, de la desaparición de ambos y del sospechoso abultamiento en la figura de la Alcazaba.

“Me las pagarás” acertó a musitar Mari Nieves Firztpatrick Ovejero “la maña”.

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