Educación pública debió significar el intento de otorgar a la mayoría una instrucción básica y el derecho de todos, conforme a capacidad y talento, a acceder a la educación superior. Educación pública -tal como la interpretan ahora los novísimos progresistas y sus pléyades de orientadores, corifeos, coros y clacas- es el pienso con el que se alimenta al ganado -más que satisfecho con el pan y circo-. Los ricos, incluidos sus señorías parlamentarias, ministrables, secretariables, o subsecretariables seguirán alimentando a sus crías de auténtico solomillo en los mejores restaurantes. El resto, con apreturas, visitaremos el Mc Donald los fines de semana para hacer acopio de proteínas.
Al menos que se salven ellos...
PD.
¿Qué querrán hacer ahora con la selectividad?
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