La auténtica naturaleza de las cosas suele estar oculta.
Heráclito.
Vedada a los ojos, inaccesible también a la razón y al lenguaje. Patente, según Nietzsche, al órgano filosófico por excelencia: la nariz.
Tres argumentos contra Nietzsche:
1. ¿Es más verdadera la carroña que la sangre?.
2. ¿ No deberían las plantas carnívoras desprender los más bellos e intensos aromas?
3. ¿Por qué presumen todos las neuróticos de fina nariz? ¿Por su ineptitud para los argumentos o simplemente por pereza?
Por tanto es necesario seguir lo común; pero, aunque el Logos es común, la mayoría vive como si tuviera inteligencia particular. Heráclito
No renunciemos, sin embargo, a la nariz.
4 comentarios:
La cita de Heráclito que abre el post me recuerda mi reciente lectura de ese libro filosófico que es El principito. En él se escribe que las cosas más importantes no se ven, están escondidas. Concuerdo contigo en ese órgano poco reivindicado que es la nariz. Ya no tenemos el olfato que tenían nuestros ancestros, pero a veces intuimos algo esencial y decimos "me da en la nariz". En ese sentido me proclamo un narizotas, algo coloradita, pero sí.
Hola Joselu
Bueno, yo pretendía relativizar el valor de la nariz, y reinvindicar el Logos (sin despreciar la nariz, claro está).Este siglo -el pasado ya- ha sido el siglo de la sospecha... que era necesaria frente al dogmatismo y la ingenuidad, pero que amenaza con llevar a un nuevo dogmatismo por la vía de la pereza.
En todo caso me reconozco a mí mismo en los tres peligros:
1.La tendencia a lo negativo, en detrimento de lo vital y lo creativo.
2.La imprudencia.
3.la pereza!.
Saludos.
Coincido contigo en lo de la pereza. Me temo que no había captado la idea central. Bueno, así hemos hablado. Un cordial saludo.
Margarita Fuster Macia
Hace 3 minutos
Esta es, seguramente, la opinión que el ministro Wert tiene de la Filosofia, la de que no sirve para enriquecerse , ni mucho menos para robar.
En el Diálogo GORGIAS de Platón, se hace una referencia a la función que tiene la filosofía, una investigación de la verdad, que no conviene a los poderosos.
Después de que Sócrates haya convencido a Polo con sus argumentos que es peor cometer una injusticia que sufrirla, el sofista Calicles dice a Sócrates que su visión de la filosofía es una cosa entretenida pero poco práctica, que le encanta ver en jóvenes con nobleza de sentimientos, pero impropia de viejos que por ella se encuentran reducidos a la miseria. Así, en el caso de que una injusticia sea sufrida o sea cometida, él sostiene: “…Sócrates, con el pretexto de buscar la verdad empeñas a aquellos con quienes hablas en cuestiones propias de un declamador y que tienen por objeto lo bueno, no según la naturaleza sino según la ley. Pero en la mayor parte de las cosas la naturaleza y la ley se oponen entre sí: según la naturaleza, todo aquello que es más malo es igualmente más feo. Sufrir, por tanto una injusticia es más feo que hacerla; pero según la ley es más feo cometerla. Pero, en efecto, sucumbir bajo la injusticia de otro no es propio de un hombre sino de un vil esclavo, para quien es más ventajoso sucumbir que vivir….porque no está en disposición de defenderse….Respecto a las leyes, como son obra de los más débiles y del mayor número…..para atemorizar a los fuertes …dicen que es cosa fea e injusta tener alguna ventaja sobre los demás.” Y termina “¿ Qué estimación, Sócrates, puede tener un arte que reduce a la nulidad a los que a él se dedican con las mejores cualidades, que les pone en estado de no poder socorrerse a sí mismos….Así créeme….deja tus argumentos y proponte por modelo, no los que disputan sobre estas frivolidades sino las personas que tienen bienes, que tienen crédito y que gozan de todas las ventajas de la vida”.
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