domingo, 10 de mayo de 2009

Frivolidades, pecados, y lecturas


Escribe hoy Javier Marías acerca de esos gustos y costumbres que todos poseemos y que resultan discordantes con la imagen que de nosotros mismos hemos voluntariamente construido o que inconscientemente proyectamos. No se trata de lo inconfesable sino de aquellos pequeños “pecados” que nos permitimos y que aún sentimos cierto gusto en hacerlos públicos y contemplar el desconcierto –pequeño escándalo- que suscitan. Son esas costumbres o gustos que chocan contra la opinión común, contra lo que se considera naturalmente aceptable, -lo que hoy llamamos políticamente correcto- o aquello que vulgarmente expresamos como “no te pega”. Así, me parece, que no “le pega” a este particular Serenus Zeitbloom leer el Marca, esperar impaciente el comienzo de la carrera de Formula 1, o acostarse disgustado por la injusta derrota del Chelsea en el último minuto y la media docena de penaltis escamoteados. No le pega, pero quién sabe si algo de todo esto no es real.

Javier Marías en su particular “Día de confesiones” nos pone al corriente de sus personales “horrores” confesables, en el mundo del cine, la música, la radio, la televisión. Pero acaba señalando que no se permite estas ligerezas en el objeto propio de su mundo profesional: la novela; y nos confiesa que no se imagina leyendo los últimos best-seller -acaba planteando si no debería quizá comenzar a hacerlo; creo , sin embargo que no propone esta posibilidad de manera realmente abierta, sino que la niega de antemano-. He creído, en principio, que la razón de tal acotación al “pecado” reside en el carácter profesional de su relación con la novela; vamos, “que con las cosas de comer no se juega”; me ha parecido lógico que un escritor pretenda realizar un determinado tipo de obra y que se cuide de aquellas elementos que podrían contaminarla. Podría ser una razón, pero ocurre que personalmente no tengo ninguna relación profesional con la novela y, sin embargo, coincido en esto plenamente con el autor de “Tu rostro mañana”; soy incapaz de leer los best-seller multimillonarios que se apilan en las librerías y generalmente elijo mis lecturas entre autores consagrados y de calidad reconocida entre “los doctos”. Algo de lo que puedo prescindir cuando se trata de cine, televisión, prensa... Creo que la razón de esta diferencia se llama tiempo y esfuerzo: ver una película, un programa de televisión, hojear una revista o un periódico, apenas nos exigen esfuerzo y un tiempo muy breve; podemos pues dilapidarlo sin mucho pesar. Pero leer una novela exige como mínimo unos días y una atención sostenida; procuro, pues, que ese esfuerzo y ese tiempo no sean esfuerzo baldío y tiempo perdido. Por otra parte, y quizá no sea la menos importante de las razones, cuando se ha probado el buen vino es difícil volver al peleón y al tetrabrik.

Me gustaría sugerir al lector un tema de reflexión que me ha surgido al hilo de la escritura de este post: ¿cómo se conecta todo esto [tiempo y esfuerzo] con la escritura y la lectura de blogs? Quizá algún día me atreva a abordarlo yo mismo.


7 comentarios:

Joselu dijo...

Leo el artículo semanal de Javier Manías (sí, manías)para ver cuál es la última que se le ha ocurrido a este maríatico escritor. Su literatura es de las que no me interesan. He leído Corazón tan blanco y Mañana en la batalla piensa en mí. En los autores que uno lee hay algo que va más allá de la forma y es la humanidad que está detrás y en Marías percibo a un ególatra elitista que no me llega adentro. En fin, la mía es una manía más, como las suyas y tan legítima como las de él. En cuanto a la lectura de obras populares, he de reconocer que yo mezclo los textos de culto con las de algunos autores mediáticos. A veces necesito superficialidad y la lectura tranquila sin meterme en grandes profundidades y otras necesito esas dimensiones más densas. No me atrevería a pontificar sobre qué es necesario y qué no. Javier Marías en muy amigo de un autor mediático que es Arturo Pérez Reverte y es de suponer que en este caso, contradiciendo su tesis, lo leerá. En cuanto a conciliar la afición a los blogs, su lectura y la literatura, he de decir que de momento puedo hacerlo. Para todo hay tiempo aunque haya que detraerlo de las horas de sueño o a las de otros menesteres. A veces en los blogs uno encuentra, si no la excelsitud de la literatura, sí el latir del ciudadano medio que también siente, medita y tiene algo que decir. El mundo-blog facilita que los no consagrados también tengan su parcelita de gloria efímera y a veces me parecen más validos que el susodicho arriba.

Serenus Zeitbloom dijo...

Joselu

Leo la columna de Javier Marías desde hace años; suelo comenzar por ella el suplemento semanal de El País y, en general, me han parecido interesantes sus puntos de vista, con los que he coincidido en muchas ocasiones. Me resultan, sin embargo, más insustanciales en los últimos meses; creo que ello es debido a la dificultad de mantener la novedad y originalidad durante largo tiempo, después de un año, o a lo sumo dos, todo empieza a ser repetición. Recuerdo que en la facultad cuando un profesor impartía un segundo curso, aún siendo la materia diferente tenía la impresión de que todo había sido dicho. Lo más curioso es que prácticamente es el único columnista de prensa que sigo leyendo y me suscita curiosidad; siempre he sido muy aficionado a la sección de opinión, ahora, en cambio, me aburren antes de comenzar la lectura... He sustituido a esas firmas famosas por las de mis blogs favoritos, por” ese ciudadano medio que también siente, medita y tiene algo que decir” del que hablas. Respecto a la novela, solo he leído de Marías “Tu rostro mañana” que me ocupó durante todo el verano pasado, y del que guardo un agradable recuerdo; fue una lectura entretenida, placentera. Respecto a Reverte he pensado lo mismo que tú...

saludos

Luis González dijo...

La confesión y la autobiografía es uno de mis temas favoritos en los últimos tiempos (por la misma razón que odiaba todo recurso biográfico- subjetivista en el pasado). Me gustan las confesiones pero, si reflexionamos un poco sobre ellas, caemos en la cuenta de que son un género de ficción. La autobiografía es una autoficción que, en ocasiones, se desconoce así misma y, en otras, se hace autoconsciente por la ironía. Ni que decir tiene que esta última mola más.

Marías se ficciona constantemente en sus manías y edifica su biografía sobre ellas. Esto no significa que crea que Marías mienta ---- la mejor de las autofabulaciones es la que nos acaba engañando, es decir, la que nos hace creer que nuestra mísera existencia tiene un sentido, que hacemos camino.
Respecto a la lectura de lo inútil y censurable, debo confesar que estoy leyendo con placer a Anna Gavalda y que me gustó la novela de Parque Jurásico. No sé si me estoy arrastrando en el fango.Gracias a Dios mi bicefalia me permite hacer dos cosas sin ofenderme a mi mismo. Y cómo último recurso, siempre cabe aquel “Que va, que va, que va… yo leo a Kierkegaard” que salva.

salud y librepensamiento

Serenus Zeitbloom dijo...

Lug

Coincido plenamente: Toda escritura es autoficción, y la autobiografía su expresión más trasparente -u opaca según se mire-

Saludos.

María dijo...

Serenus,
Primero decirte,con permiso de Joselu aquí presente, que suscribo totalmente tu comentario a su post. En el mío, me pudo el corazón, pero pienso como tú.
Respecto del tuyo, yo soy el vivo ejemplo de como increíblemente convive a la perfeccción, lo políticamente correcto y las licencias...Disfruto tanto con Debusi, Mozart,Copin... como con Something Corporate o Green Day...y lo mismo en literatura..He leído 5 veces el Camino de Delibes, o 100 años de soledad, pero mi hija me pasa una de sus "novelitas" de "amor y vampiros" y también le encuentro su encanto. en mi opinión, no es cuestión de esfuerzo,... sino de cambiar el chip.
Es como en la vida, a veces, uno disfruta tan intensamente algo pequeño y cotidiano, como algo superespecial, incluso a veces, lo primero más, que lo segundo.
En cuanto al mundo del blog, soy recién llegada, recién fascinada y desencantada, actualmente comienzo a encontrar la calma...
Cuando paseo por este mundo virtual, a veces me atrae un post por su contenido literario, en el sentido estricto, (momento en el que siento un enorme pudor por lo que yo escribo) , otras por su información ( incluso o especialmente, si no lo comparto)
Otras veces, por la persona que intuyes detrás de él, sus sentimientos, lo que te llega directo al corazón, otras veces su humor...Pienso que siempre es un placer, jamás supone esfuerzo.
Pienso que el esfuerzo al que te refieres, es necesario realizarlo al enfrentamos a una obra ( literaria, musical, pictórica) compleja, o muy especializada... que requiera la realización un complicado proceso intelectual, al que sólo vosotros " los elegidos" os acercáis habitualmente...
y en ese punto te doy la razón...Cuando uno se ha acostumbrado al buen vino, es incapaz de tomar uno cualquiera... pero ¡Por seguir divagando! vino, pero... ¿supondría el mismo sacrificio probar una sidra fresquita, recién escanciada en una tarde soleada de verano?
Un cordial saludo

Serenus Zeitbloom dijo...

Saludos y bienvenida María por este electrónico lugar. ¡Y venga esa sidrita!

Realmente tampoco somos tan elitistas, pero sí es cierto que en el campo de literatura somos un poquito exigentes. Pero por supuesto que no todo van a ser reservas; un vino joven, una cervecita o esa sidriña se agradecen, y mucho -pero nada de tetrabrik, y sangrías preparadas en botellas de plástico.. ya no estamos para esa cosas.

Saludos.

elquebusca dijo...

¿Cuando llegan las vacaciones siempre me hago la misma pregunta? ¿Qué debo hacer? ¿En qué debo ocupar el tiempo libre? Me pregunto si es algo que se pueda elegir de un modo absolutamente libre o si existe algún "deber". ¿Es mejor pasear o leer? Claro q pierdo mucho tiempo, pero siempre me pregunto ¿cuál sería la mejor manera de aprovecharlo?