Si siendo yo un escolar el maestro me hubiese dicho que no necesitaba aprenderme las tablas de multiplicar de memoria lo habría recibido con alborozo y lo habría colocado en el altar de mi héroes. Era aquella una tarea ingrata, sobre todo la tabla del nueve, nueveporcinco cuarentaycinco, nueveporseis cincuentaycuatro, nueveporsiete,mm,mmnueveporsiete mmm, ya nueverporsiete sesentaytres, nueveporocho setentaydos, nuevepornueve mm mmm nuevepornueve, mmm nuevepornueve ochentayuno, y ¡nuevepordiez noventa!. Me vienen a la memoria aquellos lápices blancos que llevaban la tabla escrita y que le servían a uno para repasar –o para copiar. Eran la calculadora de los sesenta. Imagino al maestro que nos hubiese dicho: “no aprendáis la tabla que para eso está el lápiz maravilloso que apenas cuesta una peseta”. Sin duda que habríamos aplaudido, pateado, y vitoreado al inspirado .
Y el regocijo daría paso al asombro al escuchar por labios del ungido: “el lápiz calcula por vosotros, pero yo os enseñaré LA ESENCIA DE LA MULTIPLICACIÓN”. Me complace imaginar como el inspirado metafísico comenzaría a escindir con verbo y pensamiento certero la esencia de la apariencia ante los maravillados escolares de segundo de básica; arrobados, con sus uniformes azules y el nombre grabado, en la visión imperturbable y completa de la esencia pura de la multiplicación separada de los cálculos pueriles y engañosos. Y comprendida la esencia pura –y completada las ascensión del entendimiento puro- podrían, si así lo deseasen, dejar el baby en el perchero y por medio de las necesarias deducciones exigidas por la férrea razón bajar hasta el mundo de los mercadeos y allí asombrar a los profanos con la exactitud de sus cálculos, blandiendo el lápiz mágico.
No debió ser Don Claudio –que no claudillo- de este parecer, o bien ignoraba los descubrimiento de la moderna pedagogía o bien las depreciaba como modas francesas, pues no se conformó con la tabla de multiplicar, sino que siguió con los espantosos números quebrados, las pavorosas raíces cuadradas, las dantescas ecuaciones, incluso nos obligó a recitar y a despertar al truculento Espronceda que dormía apacible en un estante de la biblioteca. Y así aprendimos de rima, que no todo iba a ser malo en aquella tremebunda escuela.
Avive el seso y despierte... no, si va a resultar melancolía lo mío.
De lo fumable y lo infumable.
.
Y el regocijo daría paso al asombro al escuchar por labios del ungido: “el lápiz calcula por vosotros, pero yo os enseñaré LA ESENCIA DE LA MULTIPLICACIÓN”. Me complace imaginar como el inspirado metafísico comenzaría a escindir con verbo y pensamiento certero la esencia de la apariencia ante los maravillados escolares de segundo de básica; arrobados, con sus uniformes azules y el nombre grabado, en la visión imperturbable y completa de la esencia pura de la multiplicación separada de los cálculos pueriles y engañosos. Y comprendida la esencia pura –y completada las ascensión del entendimiento puro- podrían, si así lo deseasen, dejar el baby en el perchero y por medio de las necesarias deducciones exigidas por la férrea razón bajar hasta el mundo de los mercadeos y allí asombrar a los profanos con la exactitud de sus cálculos, blandiendo el lápiz mágico.
No debió ser Don Claudio –que no claudillo- de este parecer, o bien ignoraba los descubrimiento de la moderna pedagogía o bien las depreciaba como modas francesas, pues no se conformó con la tabla de multiplicar, sino que siguió con los espantosos números quebrados, las pavorosas raíces cuadradas, las dantescas ecuaciones, incluso nos obligó a recitar y a despertar al truculento Espronceda que dormía apacible en un estante de la biblioteca. Y así aprendimos de rima, que no todo iba a ser malo en aquella tremebunda escuela.
Avive el seso y despierte... no, si va a resultar melancolía lo mío.
De lo fumable y lo infumable.
.
10 comentarios:
"[...] y todos los jinetes grotescos y chillones con la cara embadurnada como un grupo de payasos a caballo, cómicos y letales, aullando en una lengua bárbara y lanzándose sobre ellos como una horda venida de un infierno más terrible aún que la tierra de azufre de cristiana creencia, dando alaridos y envueltos en humo como esos seres vaporosos de las regiones incognoscibles donde el ojo se extravía y el labio vibra y babea.
Oh Dios, dijo el sargento."
Cormac McCarthy: Meridiano de sangre
Recuerdo el texto. Un texto impresionante. Y muy al pelo.
Saludos.
Estoy de acuerdo, Serenus: habiendo teclados, para qué aprenderse las letras. Mejor es ponerse con la Esencia de la Caligrafía, y que en Educación Física hagan pesas con los meñiques que los tienen muy flojos.
Me ha encantado ésta:
"¿Puede explicar para qué sirve un poema de Lorca?" "Para que te emociones con la poesía"
Y la de los matemáticos, que deben de ser de una raza especial que no necesita estar "estéticamente preparada", porque "no se van a encontrar con Lorca en sus vidas", como sí lo van a hacer el resto de los mortales.
Se empieza por las tablas de multiplicar, se continúa con las ecuaciones (total ¿para qué?), se sigue con la sintaxis y la gramática (¿para qué?), los países del mundo y las regiones de España (¿para qué?)y se accede únicamente a prácticas concretas y utilitarias. Un buen programa para crear masas aborregadas y acríticas. Si prescindimos de la memoria y de la capacidad de abstracción (la matemática, la lengua, la filosofía... exigen de la abstracción) el conocimiento queda seriamente herido. No sé qué hay detrás de estos popes iluminados de la nueva pedagogía. ¿Un proyecto para la sociedad del siglo XXI? Tiendo a pensar que no lo saben pero que a algunos poderes les vendrá bien esta nueva pedagogía. ¿Adónde vamos? Cada vez mis alumnos tienen menos capacidad de abstracción y menos capacidad de comprensión lectora. ¿Es algo programado o es pura casualidad?
Leicca y Joselu
También yo me pregunto qué hay detrás de esto. Creo que puede ser casual el impulso de base, que puede aglutinar a gente muy diversa, con intereses y objetivos muy diferentes pero que parecen coincidir en un obstáculo común: la escuela tradicional. La cosa me parece espontánea mientras se trate de ese impulso que emana de la base, de educadores vocacionales, activos aunque ingenuos, bienintencionados reformistas, progresistas o anarquistas antisistema y antitodo lo que huela a tradición, capital, orden.. etc. La cosa me mosquea un poquito más cuando llegamos a los catedráticos de las facultades de educación y de sociología, estos me parecen que actúan conforme a intereses personales, esencialmente poder -y vanidad personal- Y la cosa me huele definitivamente muy mal cuando llega a políticos y administración [muchas veces son esos mismos catedráticos]. Porque creo que éstos –los políticos- si actúan sabiendo plenamente lo que buscan; dudo mucho que los políticos de alto rango –no las bases claro está..que pertenecen al primero de los grupos- no sepan lo que están creando. El caso es que lo van permitiendo. Me inclino a pensar que es más por una actitud Poncio Pilatos que por una auténtica programación. Y también creo que hay implicadas venganzas personales entre los mandarines de la universidad. Leeremos la carta de ZP a ver si nos revela algo –aunque de momento no tengo el cuerpo preparado.
Gracias por vuestras opiniones. Y que siga el debate.
Por supuesto que es algo programado.Aquí en España, al menos, me parece cada vez más evidente. Si se repasa la historia de la educación de los últimos cuarenta años, uno se da cuenta de que hay una intención, un objetivo: el desmantelamiento de la sociedad civil. Y pensar que todavía hay gente que cree que las leyes no influyen en el cuerpo social.
Desde 1970, los sucesivos sistemas de enseñanza se han currado con demasiada porfía el desaguisado. La Ley Villar Palasí, la LODE, la LOGSE, la LOE, son pasos progresivos en el camino hacia un país opiado.
Siento ponerme tan conspiranoico, pero para mí es evidente que los popes de la Transición subsanaron uno de los errores más graves del franquismo -error, por otra parte, que le impidió perpetuarse como régimen político-: el sistema de enseñanza. La Ley Moyano, con más de un siglo de antigüedad, era un factor que hacía peligrar la perdurabilidad del "sorpasso" que llevarían a cabo los herederos de la Falange. Así que, antes de la mascarada de la Transición, decidieron preparar el terreno.
A propósito de la tabla del 9: mi cuñada, allende los mares, podríamos decir que "no se la sabe". Tiene un truco para no tener que memorizarla, y así se lo explicaron a ella.
- Pon los diez deditos extendidos con las palmas hacia abajo.
- Numera tus dedos del uno al diez desde el meñique izquierdo (1), pulgar izquierdo (5), pulgar derecho (6), meñique derecho (10).
- Un ejemplo: ¿9 x 4?. Dobla el dedo correspondiente (índice izquierdo) y configura un número de dos cifras con los que te quedan a la izquierda (3) y los que te quedan a la derecha (6) del doblado.
--
He visto que tengo bastantes de fotos de manos, autorretratos en su mayor parte: la Esencia del Sistema Decimal. Las miro y me pregunto hasta qué punto esa manera de aprender la tabla del nueve no preparará simultáneamente la mente matemática para recibir la cojoexperiencia estética. (Especialmente cuando el truco de te lo explican pasados los 35. El que no se lo sepa, que pruebe. Es casi como descubrir que algunos versos en algunos poemas incluso riman.)
Leicca
¿y para la tabla del 8? es que tampoco se me da muy bien.
Saludos y gracias por la enseñanza
No hay. Ajo y agua.
Y me temo que para aprenderte la Esencia de la Multiplicación vas a tener que tirar también de la memoria, hijo mío...
(Ya verás cuando se lean la letra pequeña del contrato que quieren firmar, y vean que está escrita por sus antiguos profesores: "memoria eres y a tu memoria volverás, mientras no copies".)
Publicar un comentario