lunes, 29 de noviembre de 2010

Elecciones catalanas o Manolete si no sabes torear pa qué te metes.

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Vaya por delante que aquí Manolete soy yo. (No Montilla, ni Puigcercós, como habrá pensado algún suspicaz).

Arrasa CiU, el centro derecha nacionalista; no soy un conocedor de la política catalana pero entiendo que supondrá un avance hacia el soberanismo. El PP se muestra eufórico pero no parece haber más razones que el descalabro socialista y la suposición (razonable) de que éste señala la tendencia que se extenderá al resto del estado, pues sus propios resultados no parecen muy brillantes ; traslucen su limitadísima influencia en la política catalana (en el momento de mayor descalabro socialista la diferencia entre ambos partidos en cataluña sigue siendo muy amplia, quizá sea una tendencia para el futuro, pero no me lo parece). Ciutadans ni frio ni calor, se mantienen. Más o menos puede decirse de ICV. El otro gran perdedor ERC -puede haber entrado en un camino sin retorno. La versión victoriosa es el partido de Laporta, ignoro de dónde extrae sus votos... ( ¿una especie de Jesús Gil a "la nacionalista catalana"? ) seguro que mis visitantes catalanes pueden aclarármelo.

Aparte parece que el Barça sigue igual.
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2 comentarios:

Joselu dijo...

No te creas que yo entiendo mucho más que lo que se ve desde fuera. ¿De dónde saca los votos Laporta? Creo que queda claro que en parte de los que pierde ERC. Deben de ser votantes monotemáticos que ven en la palabra "independencia" la plasmación del éxtasis político y existencial. Por lo demás parece un personaje pagado de sí mismo, famoso por sus chanchullos económicos y la utilización del Barcelona F.C. como plataforma de promoción política. El PSC ha pagado bien cara su aventura que no ha satisfecho a muchos de los que nos considerábamos votantes suyos. El caso es que nos ha perdido. Se decía que el PSC representaba la forma más compleja de ser catalán. La realidad es que el PSC, empezando por el ínclito Pasqual Maragall, ha llevado el tema catalán a un callejón sin salida con su aventura del Estatut. Se merece su descrédito. ¿Adónde vamos? Ni idea. Montilla, adeu.,

Serenus Zeitbloom dijo...

ni de dónde venimos...