miércoles, 15 de febrero de 2012

De unánimes primores y de un auto -¿de fe?








La falta irreparable ya ha sido cometida. La flecha dejó atrás el arco; solo nos queda esperar a que nuestros propios perros nos hagan pedazos. A mí me gustaría pensar de otra manera. Les diré más. Yo creo que la flecha que nos puede matar es precisamente el derrotismo de todos. Nunca en España ha habido un consenso tan amplio como hoy. La convicción unánime de que vamos de cabeza al desastre. Me pregunto si soy el único en desacuerdo...

Eduardo Mendoza. Riña de gatos. [Supuesto discurso de Azaña]



De goce en goce los oigo: es devastadora, es demoledora, es devastadora, es demoledora [ resuena con ritmo bacalao .. ] Me están vedados esos placeres. Pero dejo aquí mi comentario en otro blog:

No soy jurista así que no puedo opinar sobre lo primoroso de la sentencia, de lo fina y bien hilada -devastadora y demoledora son los adjetivos más comunes en su loa. Pero me sorprende que después de meterse en la ciénaga del Gal , de enfrentarse a ETA y a su coro, después de perseguir tiranos blandiendo los derechos humanos; después de enfrentar todo esto se nos ha quedado en una reyerta choricera de generosa pringue. Y entre explosiones de júbilo y mesurado alivio por la salvación del estado de derecho... . Canela fina.

Otro punto que resalta es la unanimidad del tribunal. No suele haber mucha unanimidad en los asuntos públicos, casos recientes de gran interés (están en la mente de todos) se han resuelto con márgenes muy ajustados. Sin embargo en este caso han ido todos a una -como mosqueteros. Me pregunto si será muy malicioso pensar que la unanimidad deba ser un elemento de sospecha... Unanimidad que comparte el tribunal con todo el espectro de la derecha -bueno, no se oye mucho tampoco al psoe.

En todos los tiempos los sapientísimos han juzgado igual sobre la vida: no vale nada... Siempre y en todas partes se ha oído de su boca el mismo tono, ‐ un tono de duda, lleno de melancolía, lleno de cansancio de la vida, lleno de oposición a la vida. Incluso Sócrates dijo al morir: «vivir‐ significa estar enfermo durante largo tiempo: debo un gallo a Asclepio salvador». Incluso Sócrates estaba harto. ‐ ¿Qué prueba esto? ¿Qué indica? ‐En otro tiempo se habría dicho (‐ ¡oh, se lo ha dicho, y bien alto, y nuestros pesimistas los primeros! ): «¡Aquí, en todo caso, algo tiene que ser verdadero! El consensus sapientium [consenso de los sabios] prueba la verdad.»‐ ¿Continuaremos nosotros hablando así hoy?, ¿nos es licito hablar así? «Aquí, en todo caso, algo tiene que estar enfermo» ‐ es#la respuesta que nosotros damos: ¡a esos sapientísimos de todos los tiempos se los debería examinar de cerca primero! ¿Acaso es que ninguno de ellos se sostenía ya firme sobre sus piernas!, ¿acaso es que eran hombres tardíos?, ¿que se tambaleaban?, ¿décadents [decadentes]? ¿Acaso es que la sabiduría aparece en la tierra como un cuervo, al que un tenue olor a carroña lo entusiasma?..

Nietzsche. El ocaso de los ídolos.


“Métodos propios de estados totalitarios.” Se hace difícil admitir está valoración respecto de alguien que se ha enfrentado al GAL, al entorno de ETA, a Pinochet, que investiga tramas de corrupción que pringan la política presente, que decide abrir un proceso para esclarecer crímenes del franquismo … ¿Totalitarismo?.

Y de la sentencia al auto [¿de fe?] con su glosa a la prescripción del que informa la prensa el martes 14 . ¡Vaya titulares los de El Mundo!.

Veremos qué pasa a la tercera.

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2 comentarios:

Joselu dijo...

Esa unanimidad que tanto ha sido glosada como elemento de claridad y contundencia en la sentencia es lo más llamativo y extraño. Hasta en Doce hombres sin piedad hay uno que duda y va haciendo reflexionar a los demás. Siete jueces de acuerdo y sin ninguna duda, a pesar de que la causa ofrece ángulos posibles de consideración en todas las pruebas atenuantes y explicativas que le fueron rechazadas al juez Garzón. Tres jueces refrendaron las escuchas además de dos fiscales que no han sido llamados a declarar porque se lo han denegado a Garzón.

En la sentencia sobre las fosas del franquismo tienen un hueso duro de roer. No sé si saldrán por peteneras como en el caso de los cursos en Nueva York pero me temo que será un escándalo mundial si hay condena. Querrán evitarlo. Ya tienen lo que querían, ahora pueden maniobrar en la sombra y afinar el tiro. Pero, a mi juicio, sería deseable una condena contundente de Garzón. De perdidos al río. Así se verá la catadura del tribunal ante la conciencia jurídica mundial. Pero me temo que no lo harán. Ojalá lo hicieran.

Dicen que cuestionar la decisión del TS es laminar el estado de derecho, pero muchos vemos en esta sentencia una tremenda arbitrariedad y los signos claros de que ha habido una cacería y una presa. No hay argumentos que me puedan disuadir de esto.

Serenus Zeitbloom dijo...

No sé Joselu, para mí es una sentencia sorprendente. Será ajustada a derecho, sin embargo, la percibo -la siento- como una injusticia. Pero no creo que el tribunal actuase como en una caceria, no creo que lo sea deliberadamente...

Si hubiese tal cacería lo es al modo de Acteón; vale la pena reflexionar sobre el sentido del cuadro y del motivo clásico que representa. Eduardo Mendoza lo hace muy bien en Riña de gatos.

No debemos juzgar las intenciones del tribunal, pero no podemos evitar que nos llegue la sensación de estar ante algo de alguna manera erróneo e injusto. Y lo manifestamos.