viernes, 11 de mayo de 2007

Más sobre educación.

En Antes de la cenizas se puede leer un artículo crítico y desenmascarador de cierta concepción de la educación que se autodenomina “democrática”, que pretende mejorar el nivel educativo y democratizar la educación, pero que a juicio del autor consigue lo contrario de lo que pretende y oculta en su raíz un prejuicio nada democrático .

En las polémicas sobre el sistema educativo, existe un argumento recurrente entre los defensores del actual sistema (LOGSE-LOE). Estos acostumbran argumentar que ellos defienden la máxima extensión de la educación para todos y en términos de igualdad, de esa declaración concluyen que en la etapa de la ESO la enseñanza debe ser la misma para todos y rechazan cualquier distinción, sean itinerarios, o distinciones entre vías técnicas –profesionales- y teóricas. Desde la misma premisa, por ejemplo, apoyan la última ocurrencia innovadora en el bachillerato, si se aprueba la mitad de las asignaturas –en cuatro creo que está el límite- entonces no se repite curso, se repiten las no superadas, y el alumno puede cursar algunas asignaturas de segundo –de las que sacará gran provecho-, de forma que el alumno pueda sacar el bachiller en tramos o cómodos plazos. Para todo esto tienen además un nombre muy atractivo y correcto: democratización de la educación.

Según yo veo las cosas, la premisa “mayor nivel educativo para todos” no justifica ninguna de las conclusiones que extraen, al contrario, la contradicen. Mi sospecha es que esas posiciones se sustentan en un prejuicio nada democrático; un desprecio no reconocido de la vía profesional, una mirada de desdén íntimo hacia las enseñanzas profesionales.

Leer artículo completo: Educación para todos.

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