viernes, 11 de enero de 2008

Momento eterno.

"y esa araña que se arrastra con lentitud a la luz de la luna, y yo y tú, cuchicheando ambos junto a ese portón, cuchicheando de cosas eternas -¿no tenemos todos nosotros que haber existido ya?”

Así habló Zaratustra

En uno de los blogs que suelo visitar regularmente ha aparecido una discusión a propósito del eterno retorno ( El eterno retorno en Hume ). Fundamentalmente se ha tratado desde el punto vista físico o poético/metafísico y como exigencia ética, allí se aportan algunas citas de Borges, Nietzsche, Eudoxo. Es, sin embargo, la cita que encabeza este post la que a mí más me fascina; el instante que exige la eternidad: ¡detente instante, eres tan bello!. Nietzsche lo formula paradójicamente en clave de pasado: ¿no tenemos todos nosotros que haber existido ya?. Yo llamaría a esta perspectiva, exigencia -o certeza- poético/anímica. No necesitamos vender el alma; la mera conciencia del instante sublime nos asegura la eternidad. Un fin –y comienzo- de año por tierras de Ávila y Segovia leyendo el Cántico Espiritual, en la edición de Cátedra con los comentarios de Domingo Yndurain, me permitió comprenderlo –experimentarlo.


Pero hay cosas que no mueren
y otras que nunca vivieron.
Y las hay que llenan todo

nuestro universo.

José Hierro


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