¡Qué bien suenan la mala música y los malos argumentos cuando marchamos contra un enemigo!
Friedrich Nietzsche.
No es extraño encontrar amargura entre los solitarios; el crimen solitario y silencioso, como todo lo oculto, produce remordimientos y temor... Sin embargo, en compañía de otros, adornadas de discursos y cornetas, se cometen las mayores villanías con la mayor despreocupación y buena conciencia. ¿Alguna vez se vio a una razón frenar un tambor? ¡Ay, cuánta desconfianza no es poca frente a aquellos que gustan de los desfiles y que siempre encontramos en cálida compañía!. Qué sospechosas las nuevas virtudes que pregonan los socio-psicólogos –nuevos sacerdotes- : integración y autoestima. (Aunque la palabra virtud está excluida de sus discursos –por sus resonancias heroicas) . Y estos nuevos sacerdotes –tan impostores, farsantes y aduladores del poder como siempre- ya han dictado su sentencia: muerte al héroe. Pues dicen: de la soledad se nutren las víctimas indefensas y los criminales.
Una puta enorme estaba dando palmas en el estrado y pedía a gritos que siguiera la música... y bailaron, las tablas vapuleadas por las botas de montar .. Dominándolos a todos está el juez y el juez baila desnudo con sus pequeños pies vivaces, dedicando venias a las damas, titánico y pálido y pelado, como un infante enorme. Él no duerme nunca, dice. Dice que nunca morirá...
1 comentario:
Es un discurso enconado este de los necios.
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