domingo, 21 de diciembre de 2008

Adiós pelagatos.


La lectura de La Viena de Wittgenstein me venía obstaculizando cualquier lectura desde finales del verano en que acabé Tu rostro mañana de Javier Marías. Hace unos días encontré por casa El guardián entre el centeno, novelita que deseaba leer desde hace algunos meses pero que no conseguía encontrar entre el buen número de libros sin leer que voy acumulando en estanterías y cajas. En apenas una semana he conseguido salir del atasco y he comenzado y finalizado la lectura del clásico de Salinger. Consiguió interesarme desde las primeras páginas o, quizá mejor, sobre todo en las primeras páginas, la expresividad del personaje central y sus peculiares giros lingüísticos, como la leo en español me ha dado a pensar en el asunto de la traducción, y en qué medida las traducciones conservan el original... Aparte de la fuerte crítica social – verdadera misantropía a veces- me ha gustado el extraño sentido del humor que recorre todo el libro, las conversaciones con los taxistas acerca del paradero de los patos del estanque durante el invierno, imaginar a Holden con su gorra roja de caza... pero sobre todo me ha llamado la atención –creo que es el verdadero motivo recurrente de la novela- la lástima –compasión- que siente el protagonista ante los hombres, sus actos y ante las cosas mismas, una pena que parece reflejo de la conciencia de la propia penuria.. y que me recordaba la máxima: “eso eres tú.

“De pronto me sentía tan feliz... sólo porque estaba tan guapa con su abrigo azul dando vueltas y vueltas sin parar. ¡Cuánto me hubiera gustado que la hubieran visto así.

La compasión que nos salva.


8 comentarios:

Joselu dijo...

Esta novela iniciática era una auténtica conmoción para los alumnos de hace unos quince años. Quise experimentar hace un par de ños con mis alumnos de cuarto de eso sobre su actualidad tras las décadas que han pasado desde su publicación. El resultado se fijó en el blog de la clase en LENGUA EN MOVIMIENTO
Tienes allí sus comentarios sobre la novela. Para mi sorpresa este texto "maldito" de la literatura norteamericana sigue conservando una gran capacidad de seducción sobre los jóvenes de ahora. Un cordial saludo.

Toni Solano dijo...

El guardián... fue una de mis lecturas de instituto y conserva ese aliento nostálgico del tiempo perdido. También el recuerdo de un personaje inolvidable, Holden, todo un clásico nos guste o no.
No he repetido la lectura (salvo fragmentos sueltos) por no acabar con esa nostalgia; sí que compré una versión original por lo que comentas de las traducciones. Una lástima que mi nivel de inglés no me permita la suficiente soltura.
Felices fiestas, si procede.

Serenus Zeitbloom dijo...

Ya veo, Joselu, que el libro fue un verdadero éxito entre tus alumnos. Lo tendré en cuenta como posible recomendación.

Antonio, yo raramente releo,quizá algún fragmento, excepcionalmente un libro completo. Cuando un libro me gusta suelo leerlo de corrido y por ello cuando lo acabo tengo la impresión de haberme perdido muchos detalles y de haberme quedado en la superficie. Siempre pienso que debería releerlo minuciosamente para comprenderlo mejor y en detalle, pero nunca lo hago.

Con muchos de los libros que he leido, quizá con los que más me gustaron, tengo la impresión de haberlos olvidado por completo, con excepción del título.. y un vago sentimiento que me queda asociado.

Ahora estoy indeciso con que libro continuar; estas vacaciones me apetece leer y La Viena de Wittgenstein se me sigue atragantando...

Felices fiestas a ambos, Joselu y Antonio.

Anónimo dijo...

Yo lo he leído, en original, dos veces. Cuando estaba pensando si mandarlo a los alumnos de Ética de 4º de ESO, le eché un vistazo a la traducción: pierde muchísimo. Para mí perdía una gran parte de su energía, quizá no sustancia, pero sí la energía con la que ésta se presenta.

Serenus Zeitbloom dijo...

Neuschwanstein,

supongo que la traducción no fue obstáculo para recomendarlo en ética.

saludos y gracias dejar tu comentario.

Anónimo dijo...

Yo también tengo parada hace tiempo a "La viena de Wittgenstein". Y leí "El guardián..." el verano del 2006, mientras acompañaba a un familiar ingresado en el hospital. Supongo que por eso me acuerdo bastante más de dónde y cómo lo leí que de lo que decía... pero me suele pasar a menudo. En realidad, eso que dices de que...

"Con muchos de los libros que he leido, quizá con los que más me gustaron, tengo la impresión de haberlos olvidado por completo, con excepción del título.. y un vago sentimiento que me queda asociado."

...lo podría haber escrito yo. Y para "El guardián..." ser aplica perfectamente. Es un poco desesperante.

En fin, una vez más, felicidades, y que aproveches las vacaciones (a mi me las está estropeando Bolonia, tengo que preparar una asignatura nueva para el segundo cuatrimestre).

Alexandryna dijo...

Waldenland,

Leer tus posts, me permite redimir mi lengua... sin embargo, no puedo correr a la biblioteca y prestarlo, porque necesito pensar en Ingles.

Conclusion:
Me da una envidia -de la buena- tremenda, saber que existe un libro que no podre leer... por el momento ;-)

Serenus Zeitbloom dijo...

Pseudópodo, intentaré aprovechar las vacaciones para leer entre comilona y comilona..

Silvia, no sé si he comprendido tu comentario, pero el título original es The Catcher in the Rye. Mi inglés en cambio es escasísimo, aunque he decidido empezar a remediarlo. ¿Qué tal las navidades por Canada?. Felices fiestas. Gracias por tu comentario.