lunes, 25 de octubre de 2010

La maldad y las palabras

.
Estremecedores textos los seleccionados en El País Semanal de la obra El sueño del celta de Mario Vargas Llosa bajo el título "La maldad". Me pregunto si deberíamos enfrentar en las escuelas textos como éstos.¿ Y cómo enfrentarlos? creo que en el caso de hacerlo no debería añadirse una sola palabra a su lectura; el profesor debería calcular exactamente los tiempos, en un momento dado comenzar a leer en voz alta sin una introducción previa y acabar la lectura justo apenas uno o dos minutos antes de que suene el timbre. Y, ante todo, no pedir ningún comentario, menos aún por escrito.

Quizá en clases posteriores surjan preguntas. ¿Qué podríamos entonces responder? .

.

6 comentarios:

Joselu dijo...

Me sorprende que sugieras no pedir un comentario y menos por escrito. ¿Por qué? ¿Para no desvirtuar las reflexiones obligadas? Lo que no sé si en las clases siguientes surgirían preguntas. Es cuestión de probar, pero lo dudo. En lo que llevo de curso las únicas preguntas que he recibido eran sobre la estructura de un examen o trabajo, pero nada sobre el contenido de las clases. No creo que este texto les conmoviera demasiado. Es como si estuvieran blindados ante el horror que han visto ya tantas veces en forma de ficción, videojuegos, etc. Detecto en ellos una gran resistencia a sentirse conmovidos, sorprendidos o admirados. Se puede trabajar sobre las carencias, pero no con la sobresaturación de imágenes y estímulos. Hay que hacer un ejercicio de deconstrucción, para luego intentar edificar algo, pero no sé. Un saludo.

Luis González dijo...

Quizás la "teatralización" minimalista que propone Serenus pueda ser piqueta para esa deconstrucción que Joselu cree se exige para penetrar en el espíritu de los teen. O para forzar un poco más la máquina, podríamos no sólo suprimir cualquier trabajo escolar escrito sino, incluso, la sesión posterior de preguntas (a las que, respondiendo a la pregunta final de Serenus, sólo podríamos responder con el silencio o con aquel " es el horror" de Conrad). Sé que el uso de procedimientos heterodoxos en el cole puede ser razonablemente cuestionado (al final, ¿no se queda nuestra orginalidad pedagógica en fuego de artificio?) pero creo que en ocasiones - en la "ocasión" - pueden tener su sitio. El aula convertida en espacio de escucha puede ser vehículo de transmisión de la indignación y la perplejidad que no admite respuesta(ni quizás pregunta).

En cualquier caso creo que los textos referidos son significativos incluso para el trabajo de clase más convencional - con preguntas finales y escritura.

Salud!

Serenus Zeitbloom dijo...

Joselu

Hace tiempo que sospecho que la saturación de "el comentario de texto" es un obstáculo para la lectura "comprensiva", pues la comprensión deja de ser algo "natural" para aparecer como un destilado de laboratorio que convierte lo escolar en algo artificioso e irreal.

Lug

Sí, esa "teatralización" pretende una deconstrucción que permita una comunicación tan plena de sentido y auténtica como la establecida en la pescadería al pedir un cuarto de sardinas y medio kilo de mejillones. Lo alarmante es que tal cosa la percibimos como una originalidad pedagógica.

Saludos a ambos.

Non Sola Scripta dijo...

La primera frase de Vargas LLosa cae en un mito más que refutado actualmente: "A diferencia de los animales, que sólo matan para alimentarse o defenderse..." El infanticidio, por ejemplo, es común entre nuestros parientes los chimpancés, y en otros animales más alejados de nosotros como los leones o langures. Y por competencia sexual, nada que ver con alimento o defensa. Además, escenas de crueldad con otros animales están más que documentadas en chimpancés.

Recomiendo unas lecturas de psicología evolucionista, si a Vargas Llosa le interesaba este tema podría haber echado un vistazo, en concreto, a Frans de Waal.

Serenus Zeitbloom dijo...

"No solo..."

El texto que yo recomendaba leer no era el introductorio (que por cierto no me queda claro si es del propio Vargas Llosa). Sino los relatos que siguen de casos concretos, que son estremecedores independientemente de que tengan o no parangón en el resto del mundo animal.

Tomo nota, no obstante, de tu sugerencia.

Un saludo.

Tomo

Non Sola Scripta dijo...

Sí, es cierto que no queda claro si el texto introductorio es del propio V.LL. Los ejemplos, por supuesto, son escalofriantes e incitan a la reflexión acerca de ese animal de instintos presuntamente sublimados y empatía presuntamente reforzada.