Cormac MacCarthy. No es país para viejos.
Con este texto finalizo esta serie de breves reflexiones –o alusiones- sobre los problemas de la escuela suscitadas a raíz de la lectura de la magnífica novela de McCarthy. Espero en el fin de semana acudir a ver la película que protagoniza Bardem; tengo mucha curiosidad por ver cómo, aparte de la acción, se resuelve en el cine la parte reflexiva de la novela –si es que se conserva.
Volviendo a nuestra escuela, creo que en este texto -y referido a los problemas que nos ocupan- la figura del padre representa la cultura –la tradición- de la que venimos, la que nos ha formado, la cultura en la que nos hemos extraviado y a la que hemos –o en la que nos hemos- defraudado, primer sueño. Pero esta cultura en la que nos hemos extraviado representa también nuestro único instrumento y nuestra única esperanza, la esperanza de la razón, de la civilización, fuera de la cual sólo hay brutalidad, barbarie, miseria, muerte. Sólo oscuridad. McCarthy nos muestra que este mundo de la razón, de la sensatez, el de la auténtica humanidad, es frágil, lo muestra en ésta y otras de sus novelas, y que está permanentemente amenazado y permanentemente debe ser rescatado de la barbarie.
Que conservar el fuego es tarea de los hombres en todo tiempo .
Espero que estos posts sirvan al menos para que algún lector se interese y descubra la obra de Cormac McCarthy. Yo hace poco que lo he hecho. Pero ya sé que leeré cada uno de sus libros.
1 comentario:
acabo de ver la peli... y me quede con el comentario que despedia tomy lee jones. Muy interesante tu reflexion.
Saludo, Piero
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