sábado, 5 de abril de 2008

Insistiendo.

En Waldenland25 nos preocupa el futuro de la asignatura de filosofía en el sistema educativo español, también el futuro de la filosofía misma en España.

Éste no ha sido históricamente un país abonado para el pensamiento filosófico; durante siglos hubo en España un pensamiento oficial que se creyó poseedor de la verdad, por lo que siguiendo el famoso dilema -cualquier otro pensamiento es innecesario o erróneo- se impidió la expresión de cualquier otro. Los intentos que a finales del siglo XIX y de principios del XX quisieron hacer de España un país moderno, abierto al pensamiento europeo, fracasaron ante las banderías reaccionarias congénitas e impenitentes. De nuevo a mediados de los años 70 algo empezó a cambiar en nuestro país que comenzó su apertura e integración en el mundo europeo. De acorde a este objetivo nuestro sistema educativo se abrió a la tradición cultural europea, los españoles pudimos conocer el desarrollo del pensamiento europeo sin censuras: liberalismo, ilustración, marxismo, los existencialismos, la filosofía analítica etc.. toda la tradición europea se abría a nuestros ojos, a nuestra mente. Durante los años 80 disfrutó España de sus años más esperanzados, junto a graves problemas económicos se vivía un atmósfera de libertad, de confianza en la cultura y en el pensamiento, desconocidos hasta entonces; España se sabía un país libre que entraba en la modernidad que durante siglos le había sido negada. En los años 90 –llegó el caimán, llegó el caimán- una desafortunada reforma del sistema educativo, pretendidamente progresista, vuelve a encenegar a España en la barbarie y en el desprecio del pensamiento. Llevados de no sabemos que prejuicios los mandarines de tal reforma reducen el papel de la filosofía, la literatura, las lenguas clásicas... en el sistema educativo, para introducir otras materias muy especializadas y de dudoso aporte en un bachillerato. Pero después de un estrepitoso fracaso del nuevo modelo, cuando todo sugería y apuntaba en un cambio en los planteamientos, lo peor estaba por llegar: los responsables no sólo no rectifican, sino que en algunos aspectos insisten superando los errores del planteamiento inicial; así una nueva materia de dudoso carácter científico (la polémica EpC) viene a sustituir y a mutilar la existente ética y la filosofía de 1º de Bachiller . Contra la materia de EpC se han alzado diferentes voces.

Pero lo que nosotros echamos en falta es la defensa de la filosofía por el profesorado de la misma, que parece asistir silencioso y conformista a la perversión de la materia que imparte. El silencio no sólo del profesorado de secundaria, sino también de la universidad y sobre todo el de muchas de las pretendidas autoridades filosóficas que tienen alguna influencia y acceso a los medios de comunicación, silencio que sólo han roto para aconsejar sus libros como materiales para el engendro.

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