martes, 1 de mayo de 2007

Censura y locura.

En su libro Contra la censura, refiere Coetzee el caso de Osip Mandelstam, quien compuso un poema paródico y crítico a Stalin, no lo escribió sino que lo recitó varias veces a amigos suyos, un día la policía política asaltó su casa en búsqueda de tal poema, no pudieron encontrar nada, pues el poema sólo existía en la mente de Mandelstam y sus amigos, pero Mandelstam fue detenido. Stalin llamó a Boris Pasternak y le preguntó, quién era Mandelstam y si era un Maestro; Según Coetzee, Pasternak entendió la parte implícita de la pregunta, ¿podemos deshacernos de él?, y consecuentemente contestó: sí, es un maestro, -no podemos deshacernos de él- . Mandelstam fue condenado al exilio interior, allí presionaron a Mandelstam para que escribiese un poema en alabanza de Stalin; Mandelstam cedió.

Nunca sabremos sus sentimientos sobre aquella oda, no sólo porque no lo escribió, sino también porque –como dice convincentemente su esposa- cuando la escribió estaba loco, loco de miedo, tal vez, pero también loco de la locura de una persona que no sólo sufre el abrazo de un cuerpo que detesta sino que también debe tomar la iniciativa, día a día, línea tras línea, de acariciar a ese cuerpo.

….

Hacer que los grandes artistas de su época le rindieran pleitesía era el modo que Stalin tenía de destrozarlos, de hacerles imposible ir con la cabeza bien alta.

Contra la censura. J.M.Coetzee.

Casos como éste son innumerables en la historia; el número de censores era muy superior al número de escritores en estados como la antigua URSS, DDR, Sudáfrica y un largo, muy largo etc. Los súbditos de estos estados, educados en la desconfianza mútua, acaban por reproducir el mal del Estado: la paranoia, y de esta enfermedad no se libran los artistas, ni los escritores e intelectuales.

Nuestra salud mental depende de qué sepamos hacer frente a la pasión por silenciar.
En John Stuart Mill encontramos a uno de los grandes héroes en esta lucha. En George Orwell un manual de diagnóstico, un desenmascarador y un guía.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Olá!
Gostei de conhecer o seu blogue.
Revela uma excelente qualidade!
Gostaria muito da sua opinião no meu blogue sobre o texto que abaixo escrevo.
Gracias

"É certo que os motivos que originaram a ofensiva americana no Iraque tiveram como base um presuposto que não chegou a ser confirmado, e que infelizmente deu origem à situação actual que a comunicação social nos apresenta diariamente.
Ao longo destes anos houve uma evolução na organização do país, tendo havido eleições para a formação de um novo governo, dando origem a um sistema democrático. Em simultâneo, foi dada formação às forças de segurança do Iraque de modo a estarem melhor preparadas para fazer face aos atentados diários de que é alvo a sociedade iraquiana.
Pese embora todos os esforços efectuados pelas forças internacionais, nomeadamente os militares dos EUA, a situação está longe de estar controlada, vivendo a população dias de horror permanente, em que é extremamente difícil recomeçar a reorganizar um país totalmente destruído.
Neste cenário, torna-se impensável fazer com que os militares dos EUA abandonem a curto prazo o Iraque, como pretendem os democratas, efectuando uma pressão sobre o Presidente dos EUA, para que tal decisão possa ser tomada.
Embora tenha reprovado a iniciativa dos EUA ao provocar esta guerra, porque numa acção concertada poderia haver outras soluções, acho que seria terrivel para os iraquianos se fossem abandonados neste momento à sua sorte.
Seria uma carnificína horrivel, com proporções inimagináveis!
Entregar os iraquianos a si próprios, sem terem condicções mínimas de segurança, seria uma total irresponsabilidade, um lavar de mãos num processo que ainda está muito longe do seu termo.
As milhares de pessoas que foram sacrificadas nesta guerra, civís e militares, não merecem que as suas vidas tenham sido ceifadas em vão.
Daí a minha discordância em aprovar uma saída precoce das forças militares dos EUA, que independentemente das críticas de que são alvo, são aqueles que no terreno, conjuntamente com outras forças em menor número, têm salvo milhares de vidas da sociedade iraquiana com a sua actuação, fazendo com que a esperança de renascer um novo Iraque democrático não seja apenas uma utopia."

A.J.Faria

Serenus Zeitbloom dijo...

A.J. Faria

Difícil solución tiene el asunto.

La salida de las tropas puede, efectivamente,dejar al país en una situación de absoluto caos y efectivamente con consecuencias dificil de imaginar, pero no parece que las tropas extranjeras estén llevando la solución hacia mejor, por otra parte, tarde o temprano deberán salir de Irak. Pensar en un Irak democrático parece muy optimista.

Un descarnado problema, creado por unos estados que tomaron una decisión muy grave sin el debido consenso internacional.. mucho tendrá que esforzarse ahora la comunidad internacional para dar alguna solución a tan terrible situación.

Lo cierto es que hoy por hoy somos incapaces de atajar el problema de la violencia, sea terrorismo, guerras.. o la de la vida cotidiana.

Estupendo blog el suyo, gracias por la visita.

Anónimo dijo...

No se qué acontecimientos le habrán hecho reflexionar sobre la censura [:)]... Supongo que en muchos casos el censor no obra apasionadamente, sino todo lo contrario. La censura no es in impulso, sino un cálculo. Cuando Stalin censura no lo hace apasionadamente. Probablemente ni le importa qué se dice de él; su censura es simplemente una política. El censor es un funcionario, un administrativo meticuloso, no un patán furibundo y apasionado. Lo que ocurre es que la censura despierta pasiones, pero en el censurado.
Esto no es una defensa de la censura, sino un análisis. Esto no quita que en ocasiones la censura haya favorecido al censurado... El único mérito de algunas obras es haber sido censuradas...

Serenus Zeitbloom dijo...

Han sido la película “La vida de los otros” y “Contra la censura” de Coetzee los que han despertado mi reflexión sobre la censura. La primera se la recomiendo encarecidamente, el segundo no estoy tan seguro; el libro me está resultando poco claro, quizá esté yo algo espesillo, pero me resulta trabajoso saber a donde va Coetzee y el estilo me resulta farragoso.

Por lo demás creo que ambos película y libro me ha permitido caer en la cuenta de que existe una relación clara de la censura con el delirio paranoide, tanto en el censor que busca signos donde no los hay, como en censurado que acaba por sentirse infectado y parasitado. Aparte la megalomanía, posible síntoma en ambas partes.

También me han permitido ambos deshacerme de una opinión muy común, aquella que afirma que la censura estimula la creatividad y afina el estilo, por el contrario la consecuencia de la censura es mutilación en la mayoría de los casos.